23andMe, la empresa privada de genómica personal y biotecnología de California, en EEUU, está realizando un estudio genético en curso sobre la COVID-19. Aunque todavía están reclutando gente para el estudio y no han terminado de analizar todos los datos genéticos, ya han salido a la luz algunos datos preliminares.
Estos datos, recogidos a más de 750.000 participantes en el estudio, muestran que los diferentes tipos de sangre influyen en la protección del coronavirus. Así, los pacientes con sangre del tipo O mostraron una mayor protección contra el virus en comparación con los demás.
Las personas con sangre tipo O tienen entre un 9 y un 18 por ciento menos de probabilidades de tener resultados positivos en coronavirus que el resto de pacientes con los otros tipos de sangre. Así, el estudio muestra las diferencias en la susceptibilidad del virus en función del tipo de sangre.
Aunque otros estudios sugieren que esta diferencia solo se aprecia en el grupo sanguíneo O con el factor RH+, el informe de 23andMe no recoge diferencias significativas entre las RH + o - del grupo O. Estos datos se han mantenido ajustados por edad, sexo, índice de masa corporal y etnia de los participantes.
A pesar de la importancia que pueden tener los resultados de este estudio, los expertos aseguran que todavía se trata de resultados provisionales y que tienen que seguir desarrollándose, pero que pueden ser de gran utilidad en el estudio del coronavirus.
Otro estudio, esta vez el de un equipo de la clínica universitaria berlinesa de la Charité y del Instituto Francis Crick londinense ha detectado diferencias en la sangre entre pacientes graves y leves de COVID-19, lo cual podría contribuir a anticipar la evolución de la enfermedad en futuros contagiados.
Los científicos identificaron en la sangre de 31 pacientes analizados 27 proteínas, presentes en cantidades diferentes según la gravedad del contagio, precisa la Charité en un comunicado sobre el estudio, publicado en la revista especializada "Cell Systems".
Estos perfiles de biomarcadores permitirían a los médicos "evaluar a partir de un análisis de sangre en una fase temprana si un paciente con COVID-19 desarrollará o no síntomas graves", explicó Markus Ralser, director del Instituto de Bioquímica de la Charité y jefe de equipo en el Instituto Francis Crick.
"Y esto puede potencialmente salvar vidas. Cuanto antes sepan los médicos qué pacientes necesitan tratamiento médico intensivo, más rápido podrán aprovechar las opciones terapéuticas disponibles", agregó.
Facultativos de los servicios de Medicina Interna e Inmunología de la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real han publicado un estudio en la prestigiosa revista científica 'Clinical Immunology' que evidencia que el número de linfocitos en la sangre es un factor asociado a la gravedad del Covid-19.
Los linfocitos son las células sanguíneas del sistema inmune encargadas de la defensa de nuestro organismo frente a las diversas infecciones. De ellos, un subtipo denominados linfocitos TCD8 son los principales encargados de protegernos frente a las infecciones virales.
En el trabajo se describe cómo una disminución de los linfocitos TCD8 medidos en la sangre en pacientes con Covid-19 se asocia con una peor progresión de la enfermedad, ha informado en nota de prensa el Gobierno regional.