La actualidad manda. Y el clima y la meteorología se impone. La conjunción de los tres puede favorecer o entorpecer el avance de la pandemia. Pero, ¿cómo? ¿De qué modo la meteorología influye en los posibles casos de contagio por el coronavirus? Recurrimos a la opinión de varios virólogos. Y una cosa está clara de todos modos: cada vez que te lavas las manos, te ayudas a ti y ayudas a todos.
"Es cierto que en las altas temperaturas que pueden darse en estos espacios el virus las pasa canutas, difícilmente sobrevive. Es por eso que en torno a mayo o junio, con la subida definitiva de las temperaturas se espera que haya remitido", explica a Uppers el virólogo José Juan Aguilar Gavilán, profesor de la Universidad de Córdoba. En este sentido el anticiclón que tenemos sobre España en esta primera semana de medidas está jugando a nuestro favor.
"Hasta la fecha, la transmisión por vía aérea del virus es la única que está demostrada", añade. Pero lo que explica Aguilar es que, en realidad, no es solo una cuestión de temperatura, sino de humedad. Cuanta más humedad, más se tose y se expectora.
Es más, la temperatura también tiene otras consecuencias indirectas. ¿Qué quiere decir esto? Que no buscamos el cobijo de los lugares cerrados, como bares y restaurantes, sino que salimos a la calle. "Cuando hace más calor abandonamos los sitios cerrados, nos concentramos menos, y así es más difícil la transmisión", señala.
Primero debemos diferenciar entre meteorología (lo nublado o soleado que sea el día, digamos) y el clima (conjunto de características generales meteorológicas de una zona concreta: continental, oceánico, desértico, etc).
El brasileño Gúbio Soares, uno de los máximos expertos en virología del mundo, explicó que el clima ha sido bastante importante en los inicios de este coronavirus ya que el COVID-19 ha comenzado en países con bajas temperaturas, propias del invierno boreal.
De hecho, todos los científicos que tratan con virus los mantienen en neveras. En cuanto los sacan para manipularlos, al cabo de un tiempo en el que se van ‘calentando’ se desactivan y mueren. El coronavirus no sobrevive más de cuatro minutos al aire.
La clave está en las proteínas que lo recubren y que protegen su material genético, que necesita a la persona para reproducirse. En definitiva, cuando hay el suficiente calor, el virus no sobrevive. Por eso se espera que, coincidiendo con la primavera (últimas fechas de marzo y primeras de abril) el contagio disminuya por la meteorología.