Hay una creencia muy común en la sociedad sobre que el cáncer es hereditario. Pero un estudio ha demostrado que no es así, tan solo el 5% de los casos de cáncer se relacionan con un gen heredado de los padres. Por lo que el 95% de los tumores no son hereditarios.
Según ha explicado el responsable de la Unidad de Cáncer Hereditario y Sarcomas de MD Anderson Cancer Center Madrid, Ricardo Cubedo, esto sucede porque cada persona tiene dos copias de cada gen y transmite solo una de estas dos copias a la descendencia y la otra copia es transmitida por el otro progenitor.
Por este motivo aunque el padre o la madre posean una mutación genética en un determinado gen, es posible que la descendencia herede la copia "buena" y no la "mala", de forma que, como ha incidido el doctor Cubedo, "la probabilidad de heredar un gen mutado de los progenitores del 50%". Además, “existe una variación enorme, no sabemos por qué hay familias con penetrancia muy alta y hasta un 80% de posibilidades de desarrollar un cáncer si se porta la mutación, frente a familias con una penetrancia baja, donde este porcentaje se reduce al 30%", ha destacado.
Entre algunos de los motivos se barajan las variables como: el fenotipo o el estilo de vida, que suele ser similar entre miembros de una misma familia, pero es un terreno actualmente en investigación del que se conoce aún muy poco. Por este motivo, según ha reconocido el especialista, “si se conociera realmente el porqué, podríamos diseñar estrategias de prevención mucho más eficaces".
Los tumores que más frecuentemente se heredan son el de mama, el de ovario y el de colon. En una segunda línea de herencia algo menos frecuente, están el cáncer de próstata y el melanoma.
En este sentido el especialista ha detallado, “es fundamental que los casos repetidos de un mismo tumor provengan solo del padre o solo de la madre". "Mucha gente acude preocupada por la presencia de cáncer en ambos lados de la familia, pero la realidad es que ese es precisamente un motivo para descartar herencia de un gen mutado, ya que ambos progenitores no están relacionados genéticamente de ningún modo".
Por lo tanto, para sospechar de una posible herencia genética de este tipo, es importante que los tumores aparezcan siempre en el mismo órgano y en familiares de primer grado (padres o hermanos y su descendencia). Otro signo de alerta es que estos tumores aparezcan antes de lo esperado, como, por ejemplo, un cáncer de mama a los 20 años o un cáncer de próstata antes de los 50 años.