En España, las personas que se suicidan doblan a las que mueren en accidentes de tráfico. Según el INE, el pasado año solo entre enero y mayo se quitaron la vida 1.343 personas. Los expertos reclaman campañas de prevención y concienciación social como las hay para hacer frente al acoso escolar o la violencia de género. El suicidio es un “problema de salud pública” que sigue “estigmatizado” en nuestra sociedad y que necesita de la “implicación de todos los sectores públicos y privados”, afirma la psiquiatra Julia Picazo. A todo esto hay que sumar que, la pandemia está haciendo aflorar “ideaciones suicidas”.

En España se suicidan 10 personas al día, afirma la psiquiatra-coordinadora médica de clínica López Ibor. Cuándo una persona toma una decisión tan terrible hay “muchos factores que intervienen, no hay un único motivo”, señala Beatriz Mora, psicóloga.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año cerca de un millón de personas se quitan la vida en todo el mundo. En España, se suicidaron entre enero y mayo de 2020 –últimos datos disponibles- 1.343 personas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2018, último año del que hay cifras completas, las personas que acabaron con su vida fueron más de 3.500. El suicidio es un “problema de salud pública”, que en pleno siglo XXI sigue “estigmatizado”, señala la doctora.

Cuando alguien se suicida, se genera “desconcierto, desasosiego y hasta sentimiento de culpa injusto en los familiares que piensan que lo podrían haber evitado. Quizás podrían haber evitado ese intento concreto pero si una persona quiere hacerlo lo va a terminar haciendo”, afirma Picazo.

El entorno del fallecido tiende a “ocultarlo por temor a ser señalado por la sociedad”, sostiene la doctora que, además señala que seguimos arrastrando vestigios del pasado: “Antiguamente estaba penado judicialmente y se enterraba a la gente en lugares apartados de los cementerios”.

A día de hoy, la gente sigue pensando que “si voy al psicólogo o al psiquiatra me van a tachar de loco”, afirma Mora, que incide en la importancia de promover la salud del individuo como algo “global”, que abarca “lo físico y lo mental. Ir al psicólogo debería ser como ir al endocrino”, sentencia.

Por eso, ambas expertas consideran que para afrontar este problema de salud pública se necesitan campañas de concienciación social, como existen para frenar los accidentes de tráfico o atajar el bullying y la violencia de género. Es un problema que atañe a toda la sociedad y en el que pueden ayudar docentes, policías o médicos y enfermeros.

“Un profesor puede formarse para saber detectar si un alumno sufre de inestabilidad o un bajón emocional en un momento concreto. Lo mismo sucede con un policía, que atiene a alguien que acude a comisaría a denunciar un problema”, argumenta Picazo.

Las campañas de concienciación son también fundamentales para que la gente pueda asumir su responsabilidad y tome la iniciativa de pedir ayuda si no está pasando por un buen momento, sufre de estrés o tiene un bajón, recalca la psicóloga.

Aunque, ambas especialistas insisten en que una persona no tiene ideaciones suicidas por una única razón, si afirman que la pandemia de coronavirus está teniendo sus consecuencias en la salud mental de la gente.

“Cuando uno toma una decisión así hay mucha desesperanza dentro...”, señala la psiquiatra. En la actual situación hay “una presión desmesurada” por el trabajo, por la pérdida de un familiar, por el miedo al contagio, por los duelos no resueltos... “Estamos viendo a gente ya en consulta que no tenía patologías previas”, sin embargo, el hecho de no poder abrazar a la familia, la falta de relaciones sociales o la imposibilidad de hacer cosas por satisfacción personal… le está afectando.

Picazo sentencia que “la pandemia está haciendo aguas en la salud mental. Hay desesperanza, de forma natural están aflorando ideas suicidas”.