Del dolor abdominal a los vómitos: síntomas y signos que alertan de una gastroenteritis
La gastroenteritis consiste en una inflamación de la mucosa que recubre el estómago
Puede ser causada por un virus o por bacterias: en ambos casos provoca síntomas similares
Reducir sus efectos es posible a través de una dieta concreta y ciertos medicamentos
Es muy frecuente que tendamos a calificar cualquier malestar intestinal con una gastroenteritis. Sin embargo, y aunque la forma de manifestarse tenga puntos en común con otras enfermedades estomacales, la realidad es que la gastroenteritis se relaciona siempre con la presencia de un virus o bacteria. Por eso también se la suele llamar 'gripe estomacal'. Sus síntomas son conocidos e incómodos y, además, se trata de una dolencia que afecta en algún momento de sus vidas a casi todos los españoles. Afortunadamente, no suele ser peligrosa, aunque ello dependerá del grupo de edad y del estado de nuestro sistema inmune. En cualquier caso, conviene reconocer sus síntomas y tomar nota de cómo reducir las incomodidades que provoca. ¿Cuáles son los síntomas y signos que alertan una gastroenteritis?
¿Cuáles son los síntomas y signos que alertan una gastroenteritis?
La gastroenteritis es una infección, bien viral, bien bacteriana, que afecta al intestino y que incluye la presencia de signos y síntomas como diarrea acuosa, calambres estomacales, náuseas o vómitos y, a veces, fiebre.
Tal y como recuerda Mayo Clinic, la gastroenteritis suele transmitirse a través del contacto con una persona infectada o mediante el consumo de alimentos o agua contaminados. Una vez contagiados, será más probable que pasemos por esta infección sin grandes complicaciones cuanto mejor sea nuestro estado de salud en general. Eso sí, estas infecciones pueden ser peligrosas en determinados casos. Por ejemplo, en caso de afectar a bebés o a personas de avanzada edad, así como a personas con el sistema inmunitario comprometido.
Es importante tener en cuenta que algunas personas pueden no manifestar síntomas de esta infección pero, aun así, traspasarla a otros. Eso es especialmente importante en colegios y centros de ancianos, donde se unen dos factores que no combinan demasiado bien: población de riego y una elevada probabilidad de contagio masivo.
La gastroenteritis vírica no se trata en sentido estricto, aunque sí pueden tratarse sus síntomas. En el caso de la gastroenteritis bacteriana, se pueden recetar antibióticos, aunque solo suele hacerse en los casos más graves. Lo fundamental es la prevención: manipular los alimentos con cuidado, lavarlos bien, vigilar las fechas de caducidad y la procedencia de cada producto, lavarse las manos...
Toma nota de sus síntomas más frecuentes:
- Diarrea acuosa, generalmente sin presencia de sangre (si ésta aparece, es posible que tu infección sea más grave).
- Náuseas y/o vómitos.
- Dolor y calambres estomacales.
- Dolores musculares o dolores de cabeza ocasionales.
- Fiebre baja.
Además, ten en cuenta que los síntomas suelen presentarse entre uno y tres días después de la exposición al organismo infeccioso, y que su duración suele rondar también entre uno y tres días. En algunos casos, pueden prolongarse hasta casi 14 días. En el caso de la diarrea bacteriana, las más frecuentes son la "Clostridioides difficile", la salmonela y la "Escherichia coli", o parásitos como la giardia. En el aso de los virus, los más frecuentes son Norovirus y Rotavirus.
Si te preguntas cómo tratar la gastroenteritis para reducir sus síntomas y encontrarte mejor, lo más importante es llevar un reposo alimenticio y, cuando vuelvas a comer, optar por alimentos suaves (manzanilla, arroz, yogur, patata y zanahorias hervidas, pollo, pescado blanco...). También es clave mantenerte hidratado desde el primer momento (si es posible, a través de sueros orales que te ayuden a recuperar nutrientes, especialmente durante la fase en que no te apetezca comer nada).
A veces los medicamentos para reducir los vómitos pueden ayudar, así como evitar alimentos flatulentos (coles, cebolla cruda) a medida que vuelvas a recuperar el apetito.