No es tristeza, es depresión: síntomas de la enfermedad que padecen más de 400 millones de personas en el mundo
yasss.esMadrid
Según la OMS, la depresión es la mayor causa de discapacidad en el mundo.Fernando en Unsplash.
La depresión es una enfermedad que hace a quien la padece sentirse triste y abatido durante un episodio largo de tiempo. Es una patología muy habitual que tiene tratamiento.
Según la OMS, se trata de la principal causa de discapacidad en el mundo, con más de 300 millones de enfermos. En Yasss te ayudamos a identificarla.
Poco a poco, la salud mental va tomando espacio en nuestras conversaciones. Hasta hace unos años, reconocer en público que ibas al psicólogo o necesitabas ayuda terapéutica no entraba dentro de los planes: formaba parte de un tabú que se va diluyendo por la vergüenza. No es para menos: con más de 400 millones de enfermos en todo el mundo, la depresión es la principal causa de discapacidad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ahora bien, no siempre es fácil pedir ayuda. En ocasiones, ni siquiera sabemos cuándo hacerlo. El contexto en el que nos movemos nos impulsa “a dar el máximo de nosotros mismos, dejando por el camino nuestra salud mental”, como recuerda la psicóloga Marina Pinilla. Por eso, acabamos pidiendo cita tarde y mal, cuando la situación nos supera; algo así como acudir al médico cuando nuestro resfriado se ha complicado tanto como para que nos diagnostiquen un cuadro de neumonía.
Por eso es tan importante conocer los síntomas y, si crees que puedes estar sufriendo depresión, pedir ayuda profesional. Es muy importante no caer en la tentación de las páginas médicas, los test de autodiagnóstico en línea y los testimonios de enfermos, porque nos acercan a la autosugestión. Tan solo los psiquiatras y psicólogos conocen los mecanismos para reconocer y tratar a una persona con depresión.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión?
Lo primero es lo primero: la depresión no es una tristeza “muy fuerte”, como se empeñan algunas personas en repetir, sino que se trata de una enfermedad, eso sí, caracterizada por dicha emoción. A grandes rasgos, la depresión está caracterizada por una tristeza permanente que supera el grado que estamos acostumbrados a sentir, que se extiende en el tiempo y evita que la persona se desarrolle en su entorno con facilidad o comodidad.
La depresión, explican los especialistas, nos obliga a dejar de hacer cosas que antes resultaban placenteras. Ese es el síntoma más claro y habitual de esta enfermedad, que se puede mostrar de formas más o menos agresivas, pero hay muchos otros. Según lo establecido por el ‘Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales’ (DSM, por las siglas en inglés), algunos de los más habituales son los siguientes:
Irritabilidad. La depresión puede llevar a enfadarnos por cosas que no lo harían antes, y somos capaces de razonar esto. Sin embargo, ese sentimiento de descontento o disconformidad no se va y acaba convirtiéndose en un hábito. En ocasiones, las personas con depresión sienten que nadie presta atención a sus necesidades o que no pueden participar del grupo.
Sentimiento de culpabilidad. La depresión puede llevarte a pensar que la culpa de todo lo que va mal en tu vida y en la de tus seres queridos es tuya. Esto puede desembocar en una atención excesiva en todo lo que haces, para no generar más presión en los demás, y ese control puede convertirse en ansiedad.
Apatía. En ocasiones, las personas con depresión sienten que se han quedado sin emociones, que las actividades y eventos de su día a día no les afectan. Es habitual que se sientan vacíos, como si la felicidad y la ilusión se hubiesen ido de su vida.
Falta de autoestima. Las personas con depresión quieren cambiar muchas cosas de sí mismos; en ocasiones, la lista parece tan larga que resulta desmoralizador e imposible. Además, la enfermedad hace que todo tome unas formas desproporcionadas, especialmente en lo que respecta a la percepción de uno mismo.
Pensar que nada tiene sentido. Si tienes depresión, quizás sientas que no hay nada por lo que merezca la pena levantarse de la cama, nada que puedas hacer para cambiar las cosas. El sentimiento de apatía se una a la falta de autoestima, de fe en la capacidad de uno mismo, y termina convirtiéndose en la certeza de que no hay nada por lo que valga la pena hacer cosas como trabajar, estudiar o lavarte los dientes.
Problemas de concentración. En el contexto de la depresión, la cabeza está agotada, todo resulta difícil. Por eso, seguir una conversación o llevar algo a cabo durante mucho tiempo, puede llegar a ser algo difícil, a lo que no te apetece enfrentarte. Entre otras cosas, puede que notes cómo tu concentración en clase o en el trabajo disminuye.
Síntomas físicos. En cuanto a la somatización del cuerpo, hay varios síntomas que pueden ayudarnos a identificar la depresión. Uno de los más habituales es el dolor de cabeza, pero puede venir acompañado de una opresión en el pecho, nudos en el estómago, sudores, sensación de asfixia, pulso acelerado, palpitaciones o hiperventilación, así como trastornos del sueño.
En cualquier caso, si crees que puedes estar sufriendo depresión, lo mejor es buscar ayuda profesional y salir de dudas. Hay muchas formas de conseguirla: psicólogos de la Seguridad Social, centros y clínicas privadas, asociaciones para personas con bajos ingresos, centros educativos… busca en tu zona y seguro que encuentras alguna opción que encaje contigo.