"Mi pareja tiene depresión y no sé cómo ayudarle": así puedes apoyar a alguien que la padece
¿Cómo actuar cuando tu pareja tiene depresión?
Lo que podrías y lo que no deberías hacer para ayudar a un ser querido con depresión
La depresión es un trastorno psicológico tremendamente duro para la persona que lo sufre, pero también para sus familiares, pareja y amigos más cercanos. No sólo es complicado gestionar la desesperanza, la constante tristeza y la apatía, sino que a veces los allegados de la persona se adentran en una espiral de la que es imposible salir repleta de dudas, frustración, secretismo y un sentimiento de culpa que resulta devastador. Al fin y al cabo, los trastornos depresivos siguen siendo un tabú y eso hace que muchas veces la gente dude sobre si debe contarlo o no
Para romper el estigma y resolver las dudas de todas aquellas personas que conviven con alguien con depresión, hemos recopilado una serie de cosas que es mejor evitar y otras que sí que pueden resultar útiles.
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Qué no debes decir o hacer para apoyar a alguien con depresión
Antes de adentrarnos en lo que no hay que hacer, es importante tener claro que una persona no está deprimida por gusto. Si pudiera decidir, sin duda estaría trabajando, saliendo de fiesta o llevando una vida normal, pero no es capaz. Lo que para ti es tremendamente sencillo, como por ejemplo hacer la cama o levantarte para comer, para ella puede ser una montaña casi imposible de escalar.
Teniendo esto en mente, hay algunas cosas que debemos evitar:
- No des consejos sobre su tratamiento médico o farmacológico. ¿Le dirías a alguien con cáncer que deje la quimioterapia porque tiene ‘mal aspecto’? Por supuesto que no. Pues tampoco lo hagas con alguien que está comenzando la terapia con antidepresivos o que está comenzando a ir al psicólogo.
- No minimices sus problemas comparándolos con alguien que está objetivamente peor. Sí, hay personas que se mueren de hambre o que viven auténticas atrocidades alrededor del mundo, pero eso no va a evitar que tu amigo, tu pareja o tu familiar esté deprimido. Sólo le hará sentir más culpable por sentirse así.
- No busques explicaciones porque a veces no las encontrarás. Tal vez crees que tiene una vida perfecta, pero hasta las personas aparentemente más felices sufren. La depresión afecta a ricos y pobres, mujeres y hombres, niños y adultos, solteros y casados, parados y trabajadores.
- No hagas comparaciones con otras personas. A lo mejor al primo de tu amigo se le pasaron todos los males haciendo deporte y saliendo de fiesta, pero su situación no era la misma que la de la persona a la que intentas ayudar. No generalices, ya que lo que funciona a unos puede no servir para nada a otros.
- No des consejos vacíos, aunque lo hagas con la mejor intención. ‘Pon buena cara’, ‘no estés triste’, ‘no llores’, ‘no le des tantas vueltas a las cosas’, ‘anímate’, ‘mira el lado positivo de las cosas’, etc. Todas estas frases parecen inofensivas, pero pueden hacer mucho daño.
Cómo ayudar de verdad a alguien con depresión
Hasta ahora nos hemos centrado en lo negativo y más de uno estará preguntándose "¿entonces qué narices hago?". Keep calm. Hay muchísimas formas de ayudar a una persona que está atravesando un mal momento.
- Encuentra el punto medio entre pasar de todo y sobreprotegerle. No puedes desentenderte, pero tampoco estar encima suyo todo el día como si fuese un cachorro desvalido. Fomenta su autonomía y demuéstrale que confías en ella. A veces se equivocará, se caerá y sufrirá, pero poco a poco volverá a hacer cosas por si misma.
- Intenta que haga cosas aumentando gradualmente la complejidad de las tareas. Pídele ayuda en tareas sencillas, como por ejemplo echarte una mano cocinando o cuidando de la mascota de la casa. Lo fundamental es que sean actividades que sí o sí va a saber hacer bien para aumentar su sensación de autoeficacia. Poco a poco introduce quehaceres más complejos.
- Habla abiertamente de tus sentimientos y de tus problemas. A veces evitamos compartir nuestras propias preocupaciones para no fomentar la negatividad de la persona deprimida, pero puede ser útil sincerarte y que vea que tú también sufres y que te sobrepones a las adversidades. Sé un ejemplo en ese aspecto.
- Normaliza la depresión. En muchas familias y entornos sociales los trastornos psicológicos son un tabú que se debe ocultar, aumentando la culpabilidad, la incomprensión y la angustia de la persona que los padece. No es cuestión de ir gritando a los cuatro vientos que tu hijo, tu novia o tu amigo está deprimido, pero tampoco hay que mentir diciendo que ‘está de viaje’, ‘está muy ocupado trabajando’ o cualquier otra excusa. Haciendo eso mandamos el mensaje de que la depresión es algo de lo que avergonzarnos, cuando en realidad se trata de un problema tremendamente común que puede afectar a cualquiera.
- Presta atención a tu propia salud mental. No desatiendas tus necesidades para satisfacer las de la persona con depresión, porque al final acabaréis los dos sumidos en un pozo y retroalimentándoos en vuestro sufrimiento. Mímate, presta atención a lo que sientes y pide ayuda profesional si crees que lo necesitas. Un psicólogo te ayudará a gestionar mejor todo lo que estás viviendo ahora mismo.