Puede parecer obvio pensar que nos daremos cuenta de que necesitamos gafas cuando no veamos bien, pero la realidad es más complicada que eso: la falta de vista suele aparecer de forma gradual y, en algunas ocasiones, no reparamos en ello, ya que nos acostumbramos a cierto grado de incomodidad.
Por eso no está de más preguntarse cuáles son las señales de que necesitamos revisarnos la vista y, tal vez, llevar gafas. También es importante descartar cualquier otra enfermedad asociada con la vista, o que presente síntomas que se manifiesten en este sentido. Toma nota de cuándo debes analizar tu vista para saber si necesitas gafas.
Quienes han disfrutado de una buena vista durante toda su vida pueden pensar que la falta de vista es algo que no les ocurrirá jamás, pero lo cierto es que, incluso las personas con una visión más sana, suelen experimentar algunas dificultades a medida que se hacen mayores. Lo habitual es que notes que algo es distinto: un sobreesfuerzo mayor para enfocar ciertos objetos (bien de cerca, bien de lejos), dolor de cabeza, mareos, complicaciones para realizar la misma tarea visual durante largo rato...
Hay que tener en cuenta que, tal y como explica MásVisión, la pérdida de visión suele ser gradual, por lo que la persona afectada puede no ser consciente de ello hasta que se trata de un problema evidente. Sin embargo, retrasar el diagnóstico puede provocar que el problema empeore y que, en el camino, forcemos la vista y normalicemos una serie de síntomas e incomodidades que repercutirán en nuestro día a día y en la salud de nuestros ojos. El resultado es fatiga ocular, lagrimeo o dolor de cabeza, a medio plazo, y otros problemas más graves, a largo plazo.
En cuanto a las señales que indican que necesitas gafas, "es posible que notes una pérdida de agudeza visual al leer o al mirar el móvil, al trabajar con el ordenador o al visualizar carteles y señales lejanas cuando conduces." Estos son algunos síntomas frecuentes de la falta de vista:
Si aparecen estos síntomas o parte de ellos, lo primero que deberás hacer es someterte a un examen visual con un óptico-optometrista que confirme de qué se trata. Así podrás saber qué ocurre exactamente con tu vista y si es necesario que uses unas gafas graduadas o lentillas. Además, si ya llevas gafas, es importante que revises tu vista una vez al año para comprobar si ha habido variaciones, así como permanecer pendiente a estos síntomas por si necesitas cambiar tus gafas y adaptarlas a tu nueva situación.
No olvides que, además de la falta de vista, existen otras patologías graves que solo se detectan con revisiones específicas, como el glaucoma o la degeneración macular (DMAE).