La regla dice mucho de nuestro estado de salud. El color o la textura de la sangre pueden indicarnos desde la etapa de la menstruación en la que nos encontramos, si tenemos alguna infección, si tenemos bajos los estrógenos… Te contamos qué contiene el sangrado y por qué no siempre es igual.
Los fluidos que expulsamos durante la menstruación son mucho más que solo sangre, y contienen un sinfín de información sobre nuestro organismo que es importante conocer. Según su aspecto, podemos deducir si es momento de hacer una visita al médico, o si estamos utilizando un producto cosmético que no es para nosotras.
La sangre menstrual está compuesta de agua, células muertas del endometrio, lípidos, mucosa, plasma, proteínas, hormonas como la progesterona, células madre, e incluso anticuerpos. Una investigación encontró que también contendría contaminantes como los parabenos y las benzofenomas, que llegan a nuestro organismo a través de cosméticos y productos que consumimos, así como productos para el hogar y fármacos.
Los coágulos de sangre son normales en la menstruación. A veces, coincide que cuando expulsamos estos coágulos sentimos más molestias o dolores, para lo cual es aconsejable aplicar calor o tomar infusiones para ayudar a que la sangre sea más fluida.
Estos coágulos son en realidad trozos de mucosa endometrial que no se han deshecho del todo, que suelen salir en los primeros días de la menstruación. Causan dolor porque les cuesta más pasar a través del cuello del útero.
Una de las cosas que puede hacer que tengas más coágulos de lo habitual es la falta de hierro, dado que esto dificulta que se produzca un anticoagulante natural del cuerpo.