Un estudio científico que publica este viernes la revista científica The Lancetexplica las cinco medidas clave para garantizar una desescalada efectiva, después de un confinamientos total o parcial. Los investigadores explican la importancia de seguir medidas de control que tendrían que haberse impuesto antes y después de la cuarentena señalando los errores que cometieron España y Reino Unido en el proceso de la desescalada y que los está llevando a sufrir una grave segunda ola de la pandemia de coronavirus.
El estudio que firman varios científicos bajo el mando de la experta en salud pública Helena Legido-Quigley, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres se basa en la experiencia con el coronavirus de cinco países de regiones de Asia (Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur) y de Europa (Alemania, Noruega, España y el Reino Unido).
Los expertos han identificado los cinco requisitos previos para aliviar los bloqueos y restricciones por el covid-19: conocimiento del estado de la infección, participación de la comunidad, capacidad adecuada de salud pública, capacidad adecuada del sistema de salud y controles fronterizos. Además han descrito cómo cada uno de estos nueve países y territorios ha abordado estos problemas.
Los investigadores explican la necesidad de organizar "un proceso de toma de decisiones transparente", que permita identificar correctamente los niveles o fases de la desescalada y sobre estos criterios avanzar hacia una nueva etapa.
Consideran asimismo que los gobiernos deben establecer sistemas fiables para determinar la expansión del virus y advierten de que valores como el ratio de transmisión (R) solo son útiles si se cuenta con datos de alta calidad en tiempo real. "Por ejemplo, un pequeño foco localizado puede elevar el valor R de un país, pero no requiere un confinamiento nacional para ser controlado", destacan los autores en un comunicado.
"España y el Reino Unido han tenido problemas para lograr esto", aseguran los autores, que proponen como "modelo efectivo" el de Corea del Sur.
Finalmente, argumentan que su análisis respalda los efectos de una estrategia de "COVID cero", como la que llevó a cabo Nueva Zelanda, con el objetivo de eliminar por completo la transmisión comunitaria.
"Nuestra revisión de las experiencias internacionales identifica lecciones que los gobiernos pueden aprender a partir de los éxitos y los fracasos de otros", señala Legido-Quigley.
En ese sentido, los científicos aconsejan a los gobiernos a tomar como referencia a los países que mejor lo han hecho e incorporen soluciones novedosas que han desarrollado otros países y aplicarlas en sus propios contextos", agrega.
Martin McKee, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, subraya por su parte que "a medida que algunos países en todo el mundo empiezan a sufrir el aumento de los casos y enduren las restricciones, es imperativo que aprendan las lecciones que se han dejado para el futuro".
"No hay soluciones simples, pero sí que se pueden obtener grandes beneficios aprendiendo de la experiencia de los demás", afirma McKee.
Los investigadores advierten de que las medidas para reducir la transmisión, como el uso de mascarillas y la distancia social, siguen siendo necesarias durante un tiempo tras haber levantado un confinamiento.
Ponen como ejemplo las "burbujas sociales" que utilizó Nueva Zelanda, una medida "exitosa" que permite "la interacción social mientras se reduce la transmisión".
"Para que las medidas de control funcionen, los gobiernos deben educar e interactuar con sus ciudadanos, construir la confianza y seleccionar medidas apropiadas que estén dispuestos a cumplir", señalan los expertos.
Para que los planes de desescalada cumplan sus objetivos, cada país debe asimismo diseñar mecanismos efectivos para detectar y aislar casos.