La propagación de una variante más contagiosa, viral y resistente a la respuesta inmunitaria que las anteriores -"a sólo unas pocas mutaciones de distancia" de eludir la vacunas", según la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, Rochelle Walensky- es uno de los factores que han propiciado que algunas de las medidas más restrictivas contra la pandemia de covid-19 hayan vuelto incluso con más fuerza que antes.
La responsabilidad individual y las dudas sobre las vacunas juegan un papel fundamental en el freno de la pandemia de covid-19, según 11 profesionales de la Salud consultados por Business Insider España. Así como conocer los datos relativos a la inmunidad natural y la duración de la protección de las vacunas frente a los nuevos conjuntos de mutaciones.
"Está por ver qué pasa con las variantes actuales (y futuras) del virus y la evolución de la pandemia en el resto de los países. En un mundo tan globalizado, los viajes entre países con situaciones epidemiológicas diferentes puede originar brotes y prolongar la pandemia en el tiempo. Por lo tanto, vacunación, prudencia, prudencia y prudencia", advierte Alejo Erice Calvo-Sotelo, médico especialista en Medicina Interna.
En ello coinciden Raúl Ortiz de Lejarazu y Leonardo, consejero científico del Centro Nacional de Gripe de Valladolid y Microbiólogo emérito del SACYLto, Inma Neira, médico especialista en Traumatología y José Escribano, director científico en ALGENEX, quienes creen que las variantes siguen siendo la principal amenaza.
El coronavirus, a pesar de las nuevas mutaciones que presentan las variantes, se sigue propagando de la misma manera que en los inicios de la pandemia: a través de las partículas exhaladas de una persona contagiada —al toser o estornudar, pero también al entablar una conversación en un contacto estrecho prolongado en el tiempo—.
"La transmisión se produce fundamentalmente por aerosoles en interiores", señala Salvador Peiró, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. "La ventilación cruzada, distancia y mascarilla (más aforos, etc.) aunque no la evita reduce la transmisión incluso en estos espacios".
De ahí que el uso de las mascarillas en espacios interiores, donde las condiciones facilitan la formación de aerosoles, siga siendo estricto. Pero en espacios exteriores sólo se requieran si no se puede respetar la distancia de seguridad. Sin embargo, varios expertos españoles del sector de la Salud creen que esto no siempre se cumple.
"Habrá que ver cómo evolucionan los datos, pero, de momento, me parece que quedan bastantes meses antes de que nos podamos quitar la mascarilla en exteriores en cualquier circunstancia. Es ahora y la gente no entiende lo de "cuando se pueda guardar la distancia de seguridad", explica un científico senior del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
No obstante, el consejero científico del Centro Nacional de Gripe de Valladolid cree que no hay que mantener atemorizada a la población. "Se necesita hacer pedagogía", defiende de Lejarazu y Leonardo a Business Insider España.
Calvo-Sotelo, Neira, Peiró y Alfredo Corell, catedrático de Inmunología y miembro de la Sociedad Española de Inmunología prevén que una vuelta demasiado rápida a los comportamientos prepandémicos podrían paralizar el avance hacia el fin de la pandemia de covid-19. "Creo que la desescalada debería realizarse de forma más lenta, teniendo en cuenta los datos acerca de la protección a medio y largo plazo que confieren las vacunas", valora el médico especialista en Medicina Interna.
"Es demasiado pronto para relajarse en cuanto a las relaciones sociales y vida de ocio prepandémica (...) Las medidas en cuanto a viajar y las relaciones sociales deben continuar, porque la población está parcialmente inmunizada, la duración de la inmunidad no está bien establecida y la protección frente a las variantes del virus puede ser insuficiente", coincide Neira, médico especialista en Traumatología.
A estas alturas de la pandemia, año y medio después de los inicios de la propagación del coronavirus en el país, algunos de los especialistas consultados creen que basta con tener "sentido común". "Es sentido común: en sitios abiertos, mascarilla cuando hay gente, evitar zonas cerradas, ventilar bien...", describe una catedrática en Inmunología.
En esta misma línea, Fernando García López, coportavoz junta directiva de la Asociación Madrileña de Salud Pública, destaca tener en cuenta en la toma de decisiones cotidianas la vacunación, la ventilación y las restricciones.
"Estar vacunados, si hay una ventilación adecuada y si sigo las medidas no farmacológicas aconsejadas: lavado de manos o gel hidroalcohólico, distancia de seguridad o mascarilla en su defecto, etiqueta respiratoria, no tocarme la cara, quedarme en casa si tengo síntomas...", enumera López, en un cuestionario realizado por Business Insider España.
Ninguna de las variantes identificadas del nuevo coronavirus pone en jaque a las vacunas disponibles contra el covid-19. Pero sólo de momento, porque una dosis ya no es suficiente para frenar el covid-19 tras el contagio con la variante delta y 2 dosis han perdido entre un 10% y un 30% de efectividad.
"Las vacunas protegen frente a enfermedad grave pero no se sabe por cuánto tiempo. Además, la protección que confieren frente a las posibilidades de reinfección asintomática y transmisión no están establecidas por falta de datos y seguimiento insuficientes", advierte Calvo-Sotelo.
Entre los datos más optimistas, de no haber una nueva variante que cambie el curso de la pandemia, las vacunas podrían ofrecer protección potencial durante un par de años, de acuerdo con Stéphane Bancel, CEO de la biotecnológica Moderna.
Esto se debe a que el decaimiento de anticuerpos generado por la vacuna en los humanos baja muy lentamente y otra de las investigaciones publicadas en Nature ha demostrado que los recuperados del covid-19 podrán generar anticuerpos contra el coronavirus durante el resto de su vida.
Con los datos disponibles hasta la fecha, de Lejarazu y Leonardo estima que España debería llegar al 85% de inmunizados —incluyendo adolescentes— para alcanzar la inmunidad de grupo. "La reticencia a vacunarse en nuestras sociedades "avanzadas" me parece muy importante entre las opciones aportadas, porque genera un colchón de gente por la que el virus puede seguir circulando y evolucionar hacia nuevas variantes", explicita Montserrat Bárcena Martín, doctora en química y microscopista.