Rafa Nadal cayó derrotado este jueves en el Masters 1000 de Roma de forma imprevisible. El manacorense defendía título en la capital de Italia y quedó eliminado frente al tenista canadiense Denis Shapovalov (6-1, 5-7 y 2-6), algo que pocos podían predecir, teniendo en cuenta su mentalidad. Y es que este duro revés se produjo, junto con la habilidad del rival, por un problema que no le permite ofrecer su mejor versión: el síndrome -o enfermedad- de Müller-Weiss.
Tras la eliminación, el tenista español relató en rueda de prensa la impotencia que tiene ante el síndrome de Müller-Weiss, su gran enemigo. Una enfermedad que le acompaña desde que empezó su carrera y que empeora a medida que avanza el tiempo. "No estoy lesionado, soy un jugador que vive con una lesión. Está ahí y mi día a día es complicado. Lo intento, pero es difícil para mí. Muchos días no puedo entrenar bien. Hoy, en la mitad del segundo set, me ha aparecido", indicaba el de Manacor (Mallorca).
La enfermedad de Müller-Weiss, también conocida como osteocondritis del escafoides, ha puesto a Nadal contra las cuerdas y en muchas ocasiones le ha hecho replantearse su vida. La primera vez fue justo antes de convertirse en una de las mayores leyendas de la historia del tenis, en 2005, un día después de su victoria Mutua Madrid Open. Los dolores, según confesó en varias intervenciones, fueron insoportables. Asimismo, el año pasado le hizo perderse una parte considerable de la temporada y hasta diciembre no supo si iba a regresar.
El síndrome de Müller-Weiss de Rafa Nadal se define como una enfermedad rara, incurable, sin solución quirúrgica y degenerativa. El deportista es consciente de que la dolencia le acompañará toda la vida, incluso después de su retiro. Las molestias se localizan en el escafoides de su pie izquierdo: se trata de una falta del riego sanguíneo que provoca la muerte (necrosis) del hueso, así como deformidad.
Hablamos de un tipo de osteocondritis que suele presentarse en la zona de los cartílagos de la articulación. La detección temprana es fundamental para recuperar el movimiento de la misma, pero los episodios de dolor vuelven a manifestarse de vez en cuando. El perfil del paciente corresponde a adultos, con mayor presencia en mujeres.
El síndrome de Müller-Weiss es difícil de diagnosticar: se origina en la infancia pero no provoca síntomas hasta la edad adulta. Normalmente se produce por una mala nutrición en una edad temprana o por sobrecarga del escafoides que impide que crezca de la manera habitual.
Entre sus síntomas, como señalamos, destacan:
"El dolor aparece cuando el paciente camina, también ha tumefacción en el dorso del pie y rigidez en la zona del empeine", explica Maite García Martínez, vicepresidenta del Icopcv para CuídatePlus.
La enfermedad no se puede resolver completamente con una operación. El hueso se va deformando progresivamente y puede llegar a afectar a las rodillas, como ya ha ocurrido con el tenista español. La dolencia se manifiesta de forma frecuente en deportistas de élite que llevan realizando deportes de alto esfuerzo desde edades tempranas. Sin embargo, el diagnóstico no se produce hasta la segunda o tercera década de vida.
El manacorense, desde el origen de su enfermedad, se ayuda de unas plantillas especiales que desvían su punto de apoyo y de unas zapatillas adaptadas que le permiten seguir compitiendo al mejor ritmo. La enfermedad del tenista no tiene solución, pero promete seguir compitiendo hasta que el dolor no le permita continuar con su actividad profesional.