Descansar correctamente es uno de los pilares básicos para una buena salud, también mental. Por eso es tan importante aprender a crear el ambiente adecuado antes de dormir y tratar correctamente cualquier trastorno relacionado con el sueño. En este ámbito, la parálisis de sueño es un trastorno que lleva a quien lo sufre a vivir un despertar incompleto, que puede resultar muy angustioso, especialmente cuando se experimenta por primera vez. Aunque puede ocurrir de forma puntual y no suponer un problema, en algunas personas se trata de algo recurrente. ¿Qué es la parálisis del sueño y cómo evitarla?
La parálisis de sueño aparece en el momento de tránsito entre el sueño y el despertar, ya sea en un sentido o en otro (es decir, bien cuando nos quedamos dormidos, bien cuando nos despertamos). Cuando tiene lugar, el paciente es incapaz de moverse, a pesar de sentirse mentalmente despierto.
Se trata de una sensación bastante frecuente (afecta recurrentemente a un 8 por ciento de la población) y sus causas son desconocidas, pero son muchas las personas que comparten esa experiencia (que puede ser algo aterradora) de sentir que su cuerpo se encuentra dormido mientras que su mente está despierta. Además, alrededor de un 50 por ciento de nosotros experimentará este trastorno de forma puntual, al menos una vez en la vida.
Esta especie de 'limbo' entre vigilia y sueño no suele prolongarse demasiado, aunque se nos puede hacer eterno. En general, no suele sobrepasar el límite de uno o dos minutos de duración, tal y como recuerda MGC Mutua. Además, esta sensación, normalmente desagradable, puede ir unida a alucinaciones o sueños. A veces nos parece que hay alguien más en la habitación, o podemos percibir movimientos, tacto, sonidos... Todos elementos no ayudan precisamente a que experimentar este trastorno sea algo agradable.
Técnicamente hablando, la parálisis del sueño se presenta cuando el despertar se produce en plena fase REM, que recibe su nombre de los movimientos rápidos que llevan a cabo nuestros ojos ('Rapid Eye movement'). Es la fase en la que soñamos y en la que se consolidan nuestros recuerdos y nuestra memoria. Normalmente esta fase se produce en momentos centrales del descanso, lejos de los límites de la vigilia. Además, en esta etapa, los músculos se paralizan. Por eso, si despertamos en una de estas etapas de sueño profundo, aparece la parálisis.
Aunque no se conocen las causas de este trastorno, sí parece que dormir poco o mal puede provocar un incremento de la incidencia de estos episodios. Si dormimos cuatro horas o menos, estaremos favoreciendo la aparición de la parálisis del sueño y, en general, dañando nuestra salud y nuestra calidad de vida. Se recomienda dormir, como mínimo 6 horas y media.
También puede afectarnos no tener una rutina fija de sueño. Si cambiamos de horario de descanso constantemente será más posible que aparezcan estos episodios. Tampoco ayudan el estrés y la tensión. Despertar con ansiedad y de forma repentina es más frecuente si nos llevamos los problemas a la cama cada noche.
Por último, dormir boca arriba también es un factor determinante: al afectar a nuestra respiración, es posible que nos despertemos de forma más repentina. En todos estos casos, es recomendable evitar el estrés, marcar un horario de sueño constante y descansar las horas necesarias, así como ayudarnos de técnicas de relajación para descansar mejor. Puedes hacerlo con estas apps si te cuesta conciliar el sueño.