A todos nos gusta pasar miedo y Halloween es la ocasión perfecta para ello. Abrazamos el terror durante una noche, pero en ocasiones lo hacemos a costa de nuestros prejuicios. Esto es lo que han puesto de manifiesto varios psicólogos en Twitter al analizar diferentes espectáculos de Halloween que se celebran a lo largo de esta semana con un elemento en común: están ambientados en un hospital psiquiátrico.
¿Y qué tiene de malo?, cabría preguntarse. Durante años, los trastornos mentales han sido los protagonistas de películas o series de terror y thrillers psicológicos, y la respuesta más sencilla por parte del espectador es coger un bol de palomitas y disfrutar pasando miedo o tensión.
Una forma de aumentar el impacto del terror son las casas encantadas, el rol en vivo o los escape rooms, experiencias inmersivas en las que nos convertimos en los protagonistas de la historia, y qué mejor historia que la de un hospital psiquiátrico en el que los pacientes han tomado el control. Parece inocente y, sobre todo, ficticio, pero en realidad este tipo de espectáculos transmiten un mensaje implícito muy estigmatizante: que padecer un trastorno mental te convierte en una persona peligrosa.
Esto es lo que ha llevado al psicólogo Pablo Coca, más conocido como Occimorons, a reivindicar en sus redes sociales el estigma que promueven las casas del terror ambientadas en centros de salud mental. “Este Halloween no consumamos espectáculos que usen psiquiátricos como escenario donde recrear historias de miedo usando a personas con problemas de salud mental. Es estigmatizante y una falta de respeto. No seamos cómplices de esto”, tuiteaba, acompañando esta reflexión con un ejemplo que han impactado a sus seguidores.
Se trata del Parque de Atracciones de Madrid con su pasaje del terror ‘Asylum’. La descripción de la atracción dice lo siguiente: "A todos nos da mucho miedo la sangre y los muebles que se mueven solos, pero imagínate meterte en un manicomio donde los pacientes han logrado escapar de sus habitaciones, ¿existe algo más terrorífico? ¡No lo creemos! Ten cuidado con los pacientes del centro psiquiátrico Asylum, porque han tomado el control del manicomio y no atienden a razones. ¡No bajes la guardia ni un solo segundo porque cuando menos te lo esperes puede aparecer alguno! ¿Sobrevivirás para contarlo o sucumbirás a la locura?".
Occimorons explicaba con gran certeza que este tipo de mensajes transmiten la creencia de que las personas con problemas de salud mental graves o cronificados son personas a las que tenemos que temer.
Sin embargo, la frivolización de la salud mental no se queda solo en espectáculos como el que acabamos de ver, y es que el psicólogo también compartió el menú especial de Halloween de un restaurante que decidió ambientar la noche del 31 de octubre en un hospital psiquiátrico. ¿Cómo? Nombrando a los platos principales como trastornos mentales: Un ‘brote psicótico’ de entrante, ‘sorbete Munchausen’, ‘bipolaridad’ entre la especialidad de la casa o una hamburguesa, tarta ‘ciclotímica’ y ‘sobredosis’ por chocolate. El restaurante se ha disculpado en un comunicado y han decidido rectificar su menú.
Pese a la disculpa, son muchos los profesionales que han expresado su rechazo a este tipo de campañas. “Seguimos frivolizando el sufrimiento ajeno, estigmatizando, haciendo circo sobre lo que nunca hizo gracia. ¿Haríamos lo mismo con el cáncer? Damos un paso hacia adelante y dos hacia atrás...”, compartía Virginia Martínez, integradora social y psicóloga, a lo que añadía una crítica a quienes consideran esta reivindicación como algo innecesario o exagerado: “Son los mismos que en un tiempo atrás llamaban ‘piel fina’ y poco humor a las personas que denunciaban los circos con personas con discapacidad (los llamados freak show). Hoy día se puede hacer muchísima temática Halloween sin necesidad de estigmatizar”.
Estos mensajes surgen en un momento en el que la salud mental se encuentra en boca de todos, pero la visibilidad ha traído consigo cierta banalización de la psicología. El mejor ejemplo es ‘La Llorería’, un local destinado a desestigmatizar los trastornos mentales, pero que no pasa de la buena campaña de publicidad.
Es imposible que la salud mental sea una prioridad cuando seguimos considerando los trastornos psicológicos como un espectáculo, un tabú que derribar sólo para generar morbo y visitas, o una forma de publicitar a grandes empresas maquillándolas de inclusividad y empatía. Mientras de cara a la galería se crean hashtags y todos se suben al carro de la salud mental, en la puerta de atrás se siguen ignorando las necesidades reales de la población psiquiatrizada y se siguen ofreciendo condiciones abusivas y precarias a los psicólogos españoles.
¿Qué podemos hacer como ciudadanos para evitar que esto siga pasando? El primer paso es simple: dejar de consumir eventos o plataformas que se lucran a costa de las personas que padecen trastornos mentales, estigmatizándolas y asociándolas a estereotipos como la agresividad o la peligrosidad. Tú pasas miedo en Halloween, ellas pasan miedo los 365 días del año por vivir en una sociedad que les señala constantemente.