La mascarilla obligatoria es la única restricción que sigue vigente, a pesar de que la pandemia ha pasado a ser considerada ya como una epidemia, es decir, se encuentra al mismo nivel que la gripe. Por esto, no obstante, Sanidad ha indicado que a partir del 19 de abril dejará de ser obligatoria también en interiores, con algunas excepciones. En este sentido, no todos los expertos creen que haya llegado el momento de prescindir de ella de forma generalizada.
El mayor temor de los expertos a que la mascarilla deje de ser obligatoria de puertas para adentro es que esto pueda desvirtuar la realidad de la pandemia. "Quitar la mascarilla va a suponer una falsa percepción de seguridad que puede conducir a un incremento de la incidencia", asegura el epidemiólogo Nacho Blas.
En interiores el virus se propaga con mayor facilidad, donde es muy importante mantener una correcta ventilación, y el fin de la mascarilla en espacios cerrados llegará justo cuando acaba una semana con mucha movilidad. "Quizás una semana más para ver cómo salíamos de la Semana Santa y ver la situación sanitaria ante de tomar la decisión hubiese sido más adecuado", insiste Blas
Para otros epidemiólogos, por el contrario, es el momento oportuno. "Estamos viendo que más del 95% son casos asintomático o leves", defiende el profesor de Salud Pública de la Universidad de Santiago, Juan Gestal. Eso sumado al buen tiempo, que saca al exterior actividades y vida social. "Es un paso que hay que dar. Hay que poner punto y final a la pandemia. Yo no veo ningún contra".
El cambio será a ser muy notable en las aulas. "No deja de ser una barrera. Una barrera que nos impide expresaron. Hay un mundo de emociones que no se pueden expresar con mascarilla". Se acerca el día para pasar otra página de la pandemia.