El virus ha dejado vacíos los lugares sagrados del Islam en el momento más importante del año para los creyentes. La gran mezquita de la Meca, está cerrada a los fieles al igual que lo están la mezquita de Medina y la mezquita de Al Aqsa en Jerusalén.
La emergencia sanitaria ha planteado ciertos interrogantes nunca vistos a casi 2.000 millones de creyentes que se disponen a abstenerse de ingerir cualquier alimento o bebida durante las horas de luz solar.
A pesar de las llamadas a la prudencia y a que la gente rece desde sus casas, en el algunos países cientos de fieles siguen yendo a rezar. En Herat, Afganistán, un predicador de la línea más dura, Mujib Rahman Ansari, ha dicho a sus seguidores durante su discurso que morir por coronavirus es una forma de martirio.
El mes de Ramadán, el más sagrado para los musulmanes, se celebrará este año en el marco de las restricciones a nivel internacional a causa de la pandemia de coronavirus, unas medidas que tendrán un gran impacto sobre las prácticas religiosas de la comunidad, especialmente por el cierre de mezquitas y las limitaciones a la peregrinación.
La celebración de este mes depende del calendario lunar, por lo que varía cada año. En esta ocasión, ha arrancado entre 23 y el 24 de abril, dependiendo de la observación de la Luna.
El mes, el noveno en el calendario islámico, es considerado el más importante por ser aquel en el que los musulmanes conmemoran la revelación del mensaje divino a Mahoma a través del ayuno, considerado uno de los cinco pilares de esta religión.
Asimismo, otro de los puntos principales de este mes es la peregrinación a La Meca, lugar de nacimiento de Mahoma, para permanecer varios días en la ciudad-campamento de Mina antes de acudir al monte Arafat y a la Gran Mezquita de la ciudad santa para circunvalar la Kaaba --el lugar más sagrado para el Islam-- tras finalizar el 'hajj'.
En este sentido, las autoridades saudíes anunciaron en marzo su decisión de cancelar la 'umrah' o peregrinación menor, tras lo que recomendaron a los peregrinos que suspendieran sus planes para el 'hajj', lo que ha llevado a muchos de ellos a cancelar sus viajes.
Además, el gran muftí de Arabia Saudí, Abdulaziz al Sheij, indicó el 17 de abril que los rezos tras el atardecer no se celebrarán este año en las mezquitas y pidió a la población que los realice en sus casas para intentar contener la propagación del virus.
Al Sheij destacó además que los rezos de Eid al Fitr --que marca el fin del mes del Ramadán-- podrían tener lugar igualmente en las viviendas en caso de que la pandemia continúe activa en ese momento.
A todo ello se suma la decisión de las autoridades del país árabe de suspender el 'itikaf', la permanencia durante varios días en una mezquita para rezar y meditar, en la Gran Mezquita de La Meca y la Mezquita del Profeta, en Medina.
Por todo ello, el jefe de la Presidencia General de Asuntos de las Dos Mezquitas Sagradas, el jeque Abdulrahman al Sudais, resaltó que los cinco rezos diarios y los rezos especiales, así como el 'iftar' --la comida nocturna con la que se rompe el ayuno diario-- quedaban suspendidos y serán realizados únicamente por miembros del organismo y trabajadores que esterilizarán las mezquitas.
Las medidas adoptadas por Arabia Saudí tienen un impacto especial sobre el mes del Ramadán debido a su papel central en el mundo musulmán, si bien otros países han adoptado medidas similares que reducirán las actividades religiosas en varias partes del mundo islámico.
Así, la Mezquita de Al Aqsa, ubicada en Jerusalén y el tercer lugar más sagrado para los musulmanes, estará igualmente cerrada a los fieles durante todo el Ramadán, según anunció el Waqf Islámico de Jerusalén.
El organismo, un consejo religioso nombrado por Jordania como custodio de los lugares santos musulmanes en Jerusalén Este, destacó que se trataba de una decisión "dolorosa" y "en línea con las 'fatuas' y los consejos médicos".
En esta misma línea, el Gobierno egipcio anunció a principios de abril que prohibía todas las reuniones religiosas durante este mes, incluidos los rezos en las mezquitas de todo el país.
De hecho, El Ministerio de Donaciones Religiosas ha anunciado esta misma semana el cese de su portavoz después de que afirmara que podrían autorizarse los rezos, tras lo que se reiteró la prohibición y se recalcó que la población deberá rezar en sus casas.
Esta misma decisión fue adoptada por Jordania, cuyo ministro de Donaciones Religiosas, Muhamad al Jalailé, arguyó que los rezos tendrán que ser realizados en casa "debido a la situación de seguridad, en la que el mundo hace frente a una grave pandemia".
Por contra, Pakistán ha anunciado que las mezquitas permanecerán abiertas y que la población podrá acudir a rezar, si bien respetando las normas de distanciamiento social y de higiene para evitar la propagación del virus.
Por su parte, el presidente de Irán, Hasán Rohani, ha confirmado que las mezquitas y otros lugares religiosos permanecerán cerradas al menos hasta el 4 de mayo. El país fue el primero en prohibir los rezos del viernes por la pandemia.