La muerte de un menor en Platja d'Aro (Girona) por la picadura de un pez araña cuando hacía esnórquel ha hecho sonar las alarmas por los peligros de este animal que puede encontrarse en algunas playas españolas.
El pez araña es un tipo de pez de agua salada, que habita en la zona del fondo marino a profundidades desde 1 a 150 metros y se puede encontrar tanto en las costas mediterráneas como atlánticas. Se pueden encontrar ejemplares con tamaños que van desde los 15 a los 45 centímetros de longitud. Todos tienen en común que en su aleta dorsal y en los orificios de las branquias poseen espinas venenosas que les sirven de defensa ante posibles depredadores.
Posee un cuerpo bastante alargado y con la forma comprimida. Su color es verde con manchas oscuras en la cabeza y algunas líneas amarillas y azules a los lados. Este juego de tonalidades les hace pasar desapercibidos en mitad del mar.
Este pez se caracteriza principalmente por su comportamiento con sus presas. Lo que hace para sorprenderlas es esconderse debajo de la arena y pasar desapercibido. Como suelen pasar mucho tiempo medio enterrados en la arena y su color les permite camuflarse bien, puede ocurrir que un bañista pise sin querer al pez araña y se inocule el veneno de las espinas que sobresalen de la arena.
La picadura del pez araña produce un dolor muy intenso en la zona afectada de forma casi inmediata. El dolor va aumentando progresivamente y se acompaña de picor e inflamación (edema). Además ocurre un efecto vasoconstricción (los vasos sanguíneos se estrechan y queda dificultado en parte el paso de sangre) que se manifiesta con palidez en la zona de la picadura y coloración azulada de la piel por falta de oxígeno en los tejido (cianosis) en las partes más alejadas o distales. En los casos más graves esta vasoconstricción puede complicarse con necrosis (muerte de los tejidos) o gangrena.
En general la persona que ha sufrido una picadura de pez araña se puede sentir mareada, con náuseas, sudoración, cefalea, calambres, vómitos o presión arterial baja (hipotensión). En los casos más extremos pueden producirse arritmias cardiacas, parálisis muscular, dificultad respiratoria y pérdida de consciencia.
Hay casos excepcionales de muerte, pero casi siempre se han relacionado con que el veneno penetre directamente en el interior de una vena, lo cual no es frecuente.
Por otro lado la herida en la piel causada por la picadura tiene riesgo de infectarse por los gérmenes que se encuentran en el medio marino, también por los restos de espinas que pueden quedar en el interior.