La tanorexia, la adicción obsesiva al bronceado, cada vez afecta a más personas. El 95% son mujeres. Es un trastorno que puede poner en riesgo nuestra salud y que aumenta año tras año. María José Tribó, responsable de la Unidad de Psicodermatología del Hospital del Mar, advierte de sus riesgos: "Cuanto más se broncean más lo necesitan, y llega un momento en el que necesita un tratamiento porque es una adicción importante".
Julia Pascual, psicóloga, asegura que los afectados por la tanorexia suelen estar irritados o nerviosos, por ejemplo, cuando no sale el sol: "Buscan irrefrenablemente tomar el sol y verse bronceados, poniendo en riesgo su salud física y psicológica".
Los centros de bronceado recomiendan un uso moderado. Descansar al menos 24 o 48 horas entre sesión y sesión. Aconsejan un máximo de tres sesiones por semana. Los expertos recomiendan afrontar esta patología cuanto antes para evitar a largo plazo un cáncer de piel.