La ciudad de Benidorm ha reabierto este lunes sus playas y las broncas y peleas por ocupar el preciado arenal no han tardado en presentarse. El ayuntamiento había anunciado a bombo y platillo su ambicioso plan de gestión 'Benidorm Beach Safety' que significaba la parcelación de sus principales playas con un sistema de redes de colores en función del tipo de usuario e la implantación de un sistema telemático de reserva de espacio previa para poder acceder.
Pero con las altas temperaturas, el deseo de estrenar temporada y la limitación de aforo por la pandemia de COVID-19, muchos han sido los que se han quedado fuera de ester primer baño y han protestado por un sistema que consideran injusto.
Así, desde este lunes, una empresa encargada de la gestión de las playas controla los 20 puntos de acceso y 6 puntos de información, así como de parcelar las playas y asegurar los servicios esenciales.
Los arenales han sido parcelados en 20 sectores. 12 de ellos son de uso libre y gratuito con una distribución de 5.122 parcelas de 4x4 metros (16m2) y las otras 8 se reservan para los espacios de hamacas de alquiler que gestiona la concesionaria. En este último caso se habilitarán 5.578 hamacas, 875 hamacas menos de lo habitual.
Las parcelas estarán separadas por redes que dejan circular la brisa y en alusión al pasado marinero de la ciudad. Además, serán de color azul para aquellas parcelas de uso general y de verde para las zonas reservadas exclusivamente a usuarios de más de 70 años. Este colectivo podrá utilizar tanto su zona verde reservada como la zona azul genérica.
Según ha detallado el Consistorio, las parcelas podrán ser ocupadas por una sola persona o por un máximo de cuatro cada una. Esto permitirá una ocupación máxima de 20.488 personas en los dos principales arenales de Benidorm, aproximadamente la mitad de su capacidad habitual.