Hay muchas cosas que pueden despertarnos de noche y truncarnos el descanso, como un vecino ruidoso o niños llorando, pero para algunos, hay una causa mucho más preocupante que les arrebata el descanso cada noche: el dolor.
Esta afección médica se denomina painsomnia, y describe la imposibilidad de dormir, descansar o sentirse cómodo debido al dolor que padeces, como recoge Daily Mail.
Puede afectar a muchas personas con enfermedades crónicas y, además, generar un círculo vicioso del dolor. El no poder dormir ni descansar puede hacer incrementar aún más los efectos de la fatiga como síntoma de la enfermedad, y esa falta de sueño puede aumentar la sensibilidad al dolor.
Aunque la painsomnia suele afectar a personas con enfermedades crónicas, un grupo de expertos ha investigado por qué puede aumentar el dolor por las noches en estos casos, imposibilitando el descanso a las personas que lo padecen.
El Dr. Ilan Lieberman, consultor en medicina del dolor en la Fundación del Hospital de la Universidad de Manchester, asegura que hay muchas razones por las que el dolor puede llegar a despertarnos. Puede existir un problema de salud subyacente o puede llegar a ser incluso por nuestra forma de dormir.
En algunos casos, el dolor de madrugada es resultado del reloj biológico. Según explica la Dra. Julie Gibbs, cronobióloga de la Universidad de Manchester, en casos como en la artritis reumatoide, esta inflamación funciona según el horario del propio reloj corporal, haciendo que en la fase más activa del reposo como puede ser al dormir, la inflamación sea más activa.
Otro caso generalizado de dolor por la noche se conoce como los dolores de cabeza "de despertador". Suele afectar a mayores de 50 años, sobre todo a las mujeres, y se caracteriza por fuerte dolores de cabeza entre la 1 y la 3 de la mañana.
Aunque no se ha conocido la causa exacta, algunas teorías señalan a que están relacionados con la etapa del sueño.
El 47 por ciento de los jóvenes veinteañeros se declara afectado por la fatiga pandémica tras un año de covid, al igual que un 25 por ciento de la generación de sus padres y abuelos que también afirman haberla padecido.
Son datos recogidos en la encuesta realizada por "Tendencias Cofares", presentados en el informe "Un año de covid-19 (I): Los efectos de la fatiga pandémica", sobre una muestra de 1.000 personas mayores de 18 años, con cuotas por sexo, edad y zona de manera representativa a nivel nacional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la fatiga pandémica como un "estado de agotamiento psicológico por las restricciones y precauciones que se recomiendan durante una pandemia".
Más de ocho de cada diez encuestados han tenido sensación de fatiga pandémica alguna vez en este año, con un 88,6 % de mujeres y un 83 por ciento de hombres.
Un 86,5 % de españoles afirma haberse sentido triste; un 80,7 % haber sufrido cansancio; un 78,7 % irritabilidad; un 74,9% indefensión; un 74 % dificultades de concentración; un 70,3 % insomnio, y un 40,2 por ciento pérdida de apetito.
La demanda de relajantes de sueño, en forma de valerianas y somníferos, se ha incrementado un 11 por ciento, según la encuesta.
Casi el 47 por ciento de los más jóvenes asegura haberse sentido triste; tristeza afirman haber sentido también el 25,3 % de los mayores de 55 años.
El 52 por ciento de los jóvenes entre 18 y 25 años constata que ha sentido cansancio, cifra que baja al 20,1 % en los mayores de 55 años consultados.
Lo que más cuesta sobrellevar, afirman los encuestados, son las restricciones de las relaciones sociales (55,1 por ciento).