En un escenario de alerta sanitaria como el del coronavirus, puede ser difícil para madres y padres gestionar la inquietud y curiosidad de los hijos. Las respuestas más comunes de los niños ante situaciones de estrés como la actual suelen incluir dificultades para dormir, mojar la cama, tener dolor de estómago o de cabeza, y estar ansioso, retraído, enojado, demandante o temeroso de que lo dejen solo.
Es importante que respondamos a las reacciones de los niños de forma que se sientan apoyados y les expliquemos que son reacciones normales ante una situación anormal. Es vital, también, que escuchemos sus preocupaciones y nos tomemos el tiempo necesario para consolarlos, darles afecto y asegurarles que están seguros de forma frecuente. Además, siempre que sea posible, debemos crear oportunidades para que los niños jueguen y se relajen y mantener sus rutinas y horarios regulares, especialmente antes de que se vayan a dormir.
Estos son algunos consejos de los médicos del Child Mind Institute para ayudar a calmar los miedos, controlar el estrés y mantener la paz.
Todos los expertos coinciden en que establecer y seguir un horario regular es clave, incluso cuando está todo el día en casa. Mantener cierta estructura es importante. Dentro de lo posible, trate de asegurarse de que los niños todavía tienen estructura, por ejemplo: levantarse, comer y acostarse en sus horarios habituales. La constancia y la estructura mantienen la calma en momentos de estrés. Los niños, particularmente los más pequeños o los que son ansiosos, se benefician al saber qué va a pasar y cuándo.
Incorpore nuevas actividades en su rutina, como hacer un rompecabezas o tener un juego familiar en la noche. Desarrolle actividades que ayuden a todos a hacer algo de ejercicio.Vayan a caminar en familia todos los días o anden en bicicleta o practiquen yoga. Estas son excelentes maneras de dejar que los niños quemen energía al mismo tiempo de que se aseguran que estén activos.
Es completamente comprensible estar ansioso en este momento, pero la manera cómo manejemos esa ansiedad tiene un gran impacto en nuestros hijos. Mantener sus preocupaciones bajo control ayudará a toda su familia a navegar esta situación incierta tanto como sea posible. Para esos momentos en los que se siente ansioso, trate de evitar hablar de sus preocupaciones frente a los niños. Si se siente abrumado, retírese y tómese un descanso. Podría tomar una ducha o salir a otra habitación y respirar profundamente.
Mantenerse informado es importante, pero es una buena idea limitar la cantidad de noticias e información en redes sociales que lee, escucha o ve, y tienen el potencial de alimentar su ansiedad y la de sus hijos. Apague el televisor y silencie o deje de seguir a los amigos o compañeros de trabajo que son propensos a compartir publicaciones que provocan pánico. Tome un descanso de las redes sociales o asegúrese de seguir las cuentas que comparten contenido que lo distrae de la crisis, ya sea sobre la naturaleza, el arte, la repostería o la artesanía.
Mantenga su red de apoyo sólida, incluso cuando sólo pueda llamar o enviar mensajes de texto a los amigos y familiares. La socialización juega un papel importante en la regulación del estado de ánimo y lo mantiene conectado. Y lo mismo es cierto y funciona para sus hijos. Permita que los niños usen las redes sociales (dentro de lo razonable) y Skype o FaceTime para mantenerse conectados con sus amigos y compañeros, incluso si por lo general no se les permite hacerlo. La comunicación puede ayudar a los niños a sentirse menos solos y a calmar parte del estrés que provoca estar lejos de sus amigos. La tecnología también puede ayudar a los niños más pequeños a sentirse más cercanos de los familiares o amigos que no pueden ver en este momento.
Cuando nos enfrentamos a eventos que dan miedo y que están en gran medida fuera de nuestro control, es importante ser proactivos sobre lo que podemos controlar. Hacer planes lo ayuda a visualizar el futuro cercano. Puede sugerir ideas seguras para hacer actividades en familia, como pedir comida del restaurante preferido o salir a andar en bicicleta con amigos respetando la distancia social. Ver que su problema se ha resuelto ante la crisis, puede ser educativo y ofrecer seguridad para sus hijos.
Hablar con los niños de una manera clara y razonable sobre lo que está sucediendo es la mejor manera de ayudarlos a comprender, pero recuerde que los niños no necesitan saber cada pequeño detalle. A menos que los niños pregunten específicamente, no hay razón para ofrecer información de manera voluntaria que pueda preocuparlos.
Los niños pequeños pueden estar ajenos de la realidad de la situación, pero aún pueden sentirse inquietos por los cambios en la rutina o darse cuenta del hecho de que las personas que los rodean están preocupados y alterados. Planifique chequear periódicamente con los niños más pequeños y darles la oportunidad de procesar cualquier preocupación que puedan tener.
Los niños que tienen más berrinches de lo habitual, se muestran desafiantes o se comportan de manera nerviosa, pueden en realidad sentirse ansiosos. Elija un momento tranquilo y sin distracciones, pregúnteles suavemente cómo se sienten y asegúrese de responder a los arrebatos de una manera calmada, constante y reconfortante.
Si tiene pareja, pónganse de acuerdo en intercambiar el cuidado de los niños. Especialmente si uno o ambos trabajan desde casa y tienen hijos más pequeños. De esa manera, todos tienen un descanso y algo de espacio para respirar. Dé a los niños trabajos adecuados a su edad. Por ejemplo, los adolescentes podrían ayudar a cuidar a los hermanos menores cuando ambos padres tienen que trabajar. La mayoría de los niños pueden poner la mesa, ayudar a mantener limpios los espacios comunes, lavar los platos o sacar la basura. Incluso los niños pequeños pueden aprender a recoger sus propios juguetes. Trabajar en equipo ayudará a toda su familia a mantenerse ocupada y a asegurarse de que ninguna persona (la mamá) esté abrumada.