Resulta curioso que así sea pero, en una sociedad donde la productividad se ha convertido en un elemento principal de nuestro día a día, aprender a no hacer absolutamente nada puede llegar a convertirse en nuestro reto más complicado. Nos cuesta imaginar un mundo en el que ser productivo no sea lo primero, y en el que podamos dedicarnos el tiempo que nos merecemos para cuidar de nuestro bienestar, nuestra salud y nuestra felicidad. Si quieres aprender a poner el foco en lo verdaderamente importante, puede que te interese conocer el método Niksen, que vendría a ser algo así como el arte de no hacer absolutamente nada.
Niksen significa, literalmente, no hacer nada, aunque los neerlandeses, que fueron quienes acuñaron este término, no lo relacionan con la holgazanería ni con la pereza: al contrario, se trataría de una técnica fundamental para mantener una buena salud y para mejorar nuestro rendimiento creativo y laboral. Se trata de acostumbrarnos a ser capaces de parar, tomarnos un momento para dejar de preocuparnos por nuestro trabajo y nuestras obligaciones, y permitirnos estar relajados sin sentir culpa por ello y sin tener que hacer frente a pensamientos invasivos sobre todas las tareas pendientes que tenemos por delante.
Suena fácil decirlo, pero no es nada sencillo lograr este reto de una sociedad tan acostumbrada a no parar en ningún momento. La digitalización, la presencia de los teléfonos inteligentes de nuestro día a día de forma permanente, la conexión constante y la posibilidad de comunicación y trabajo desde cualquier lugar… son factores que nos definen, que se han convertido en parte inevitable de nuestra realidad y que, por tanto, traen de la mano ciertas consecuencias negativas para nuestra salud. Atrás quedaron los tiempos en los que era posible desconectar completamente con facilidad y sin tener que huir a un lugar remoto.
De hecho, un punto clave de este método es que no nos estamos refiriendo a rellenar el tiempo con una clase de yoga, con meditación, con la lectura de un libro sobre meditaciónmindfulness Se trata de todo lo contrario: algo tan revolucionario como no hacer nada. Y es que muchas veces nos empeñamos en rellenar nuestra agenda con actividades que, en teoría, están pensadas para relajarnos, pero que no dejan de estresarnos y de sumarse a la lista de tareas pendientes.
Quizás el gran reto en este sentido sea eliminar el sentimiento de culpa. Es demasiado frecuente que, cuando llegue un momento en el que verdaderamente podemos no hacer absolutamente nada, nos sintamos estresados y tengamos la sensación de estar perdiendo el tiempo. A veces, para evitarlo, cometemos el error de rellenar este tiempo viendo series en bucle, etc. para evitar precisamente el no hacer nada de nada.
Si quieres practicar este necesario arte, estos son los puntos del manifiesto Niksen que debes tener en cuenta: