La ansiedad, el nerviosismo, la agitación y otras afecciones de salud mental en niños y adolescentes son, a menudo, difíciles de diagnosticar y tratar. Sin embargo, se ha demostrado que enseñar a los niños técnicas de relajación y otros métodos para reconocer y reducir el estrés es útil para abordar estos problemas de salud.
Todos estamos de acuerdo en que cuando los niños están ansiosos o excitados aumentan los niveles de estrés a toda la familia. Pero, ¿cómo podemos abordar la ansiedad en niños?
El primer paso que tenemos que hacer es aprender a identificar que nuestro hijo siente altos niveles de estrés y ansiedad y la forma más efectiva de abordar este problema es enseñarles a ellos mismos a reconocer los síntomas a medida que comienzan a experimentarlos. Esto permite a los jóvenes adoptar estrategias para combatir esos indicios antes de que causen daños.
Un enfoque muy útil para instruir a niños más pequeños sobre cómo reconocer otros sentimientos negativos es a través de imágenes que representen ansiedad, frustración, tristeza y otras emociones. En internet se pueden encontrar fotografías e ilustraciones que se pueden descargar gratuitamente de iconos que representan las emociones y que las definen de una manera muy simple para ayudar a los niños a identificar la emoción que siente en ese momento.
Una vez que se identifiquen esas emociones, se deben poner en práctica las estrategias de relajación para ayudar, de esa manera, a que los niños y jóvenes sepan manejar esos momentos de ansiedad y, sobre todo, sienten las bases para un manejo saludable del estrés durante el resto de su vida.
La respiración profunda es la forma más sencilla para que los niños se calmen y disminuya su frecuencia cardiaca cuando se sientan estresados. Enseñar a los niños a respirar lenta y profundamente ayuda a calmarlos física y mentalmente. También obliga a los niños a detenerse y pensar en cómo se sienten en ese momento, para que puedan dar un paso atrás de esas emociones que les están abrumando tanto.
Tres ejemplos sencillos que se pueden practicar con los niños y hacer que los aprendan:
La música puede ser una herramienta de relajación muy útil para equilibrar el estado de ánimo de un niño durante situaciones estresantes, especialmente la música clásica lenta y tranquila. Este tipo de sonido puede tener un efecto beneficioso sobre las funciones fisiológicas de un niño, disminuyendo el pulso y la frecuencia cardíaca y disminuyendo los niveles de hormonas del estrés.
Pero también se puede utilizar una lista de reproducción de sus canciones favoritas, ya que estas canciones ofrecen al niño una distracción del estrés y la ansiedad y puede ayudarle a lograr un estado mental más relajado.
Aunque ya hemos hablado de la importancia de la música para relajar a un niño, no debemos olvidarnos de los otros sentidos y sus beneficios a la hora de calmar su estado de ánimo, ya que al realizar determinadas actividades sensoriales pueden lograr un estado de relajación muy rápida y eficazmente.
Existen numerosas actividades sensoriales que van desde apretar pelotas antiestrés o pasar las manos por una caja llenas de cuentas. Se trata, en este caso, de actividades basadas en el tacto y que proporcionan un efecto calmante para muchos niños. También se pueden utilizar esencias en aceite con olores como las rosas o la lavanda, olores calmantes que ayudarán al niño a relajarse, o la hidroterapia, para que el pequeño se relaje en el agua con movimientos suaves.
Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo libera hormonas llamadas endorfinas que fomentan sentimientos de felicidad y relajación pacífica. El ejercicio regular también fortalece los grupos de músculos y apoya la salud y el bienestar en general. Bailar, caminar, andar en bici, representar aventuras de juego imaginado, por lo tanto, puede mejorar el estado de ánimo de un niño simplemente porque aparta de su mente lo que sea que le esté causando la ansiedad. Lo mejor es pedir a los pequeños que nos ayuden a elegir sus actividades favoritas para calmarse; después, hay que ayudarles a encontrar tiempo todos los días para que sus cuerpos se muevan.
Encontrar los ejercicios de relajación que funcionen mejor para tus hijos puede llevar tiempo y un poco de experimentación para comprobar que son efectivos. Pide ayuda a los niños para encontrar la técnica de relajación que mejor les funcione y ten siempre a mano una lista escrita de las mejores estrategias que encuentres o crea un rincón de relajación que brinde acceso a diferentes actividades relajantes.