Al igual que el bostezo, el frío se contagia con solo verlo. A esa conclusión llegaron hace unos años un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de las universidades de Sussex y SussexLondres Querían constatar si los modelos teóricos de la empatía podían ir más allá y revelarse también físicamente en relación a las imágenes relacionadas con el calor y el frío, y la respuesta fue afirmativa en el caso del segundo. Una correlación que tendría a las neuronas espejo como principales responsables, las mismas que provocan empatía e imitación en el ser humano.
Un equipo de investigadores británicos llevaron a cabo un experimento que confirmaba una bajada en la temperatura de las manos de los humanos cuando visionan imágenes gélidas. "Teníamos curiosidad por saber si este sentimiento se asociaba con una disminución real de la temperatura como se predijo en modelos teóricos de la empatía", señaló el doctor Neil Harrison, uno de los directores del experimento.
Las 36 personas que se sometieron a este sondeo observaron durante tres minutos ocho vídeos de personas metiendo sus extremidades superiores en agua fría y caliente. Los científicos midieron la temperatura de los miembros del muestreo antes y después de la emisión de las escenas en una sala donde el termómetro estuvo controlado constantemente para no interferir en el ensayo.
Los montajes donde las manos se introducían en agua caliente no provocaron ningún cambio, todo lo contrario a cuando reprodujeron las grabaciones gélidas: la temperatura de la derecha disminuyó 0.05% grados y la izquierda, 0,2. Medidas que, pese a que parezcan insignificantes, demuestran la variación en los receptores, un hecho que hasta ese momento no se había podido probar.
Según los científicos, la responsable de esta respuesta es la neurona especular, la misma que hace que animales (los primates) y humanos repitan una acción observada en otro individuo. La neurociencia las considera esenciales dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social.
Slapstick:Como dato curioso, en el Hollywood de los años 20 las neuronas cubelli estaban detrás de la excitación y cansancio que provocaban en los espectadores las películas slapstick, un subgénero del cine mudo y en blanco y negro basado en el gag visual y en constante movimiento, que popularizaron cómicos como Harold Lloyd, Charles Chaplin y Buster Keaton. El visionado de esos estímulos continuos envían impulsos electromagnéticos al cerebro para efectuar el movimiento, que se imita de manera visual.
Sensación de frío con solo ver los miles de vídeos de uno de los challenge de Instagram más virales, el Ice Bucket, que consistía en echarse por la cabeza un cubo de agua con hielo para solidarizarse con los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica, que superó los mil millones de reproducciones en YouTube. Se mojó hasta Donald Trump, aunque no superó los casi 22 millones de visionados de El Rubius.