Las cifras de visitantes en las estaciones de esquí españolas del año pasado fueron un 7,32% más que en la temporada anterior con un total de 5,8 millones, cifras que podrían mejorar este 2019 debido al adelanto de las primeras nevadas. Es más, desde la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem) podríamos estar ante una gran temporada, cuyo preludio fueron las copiosas nevadas de la víspera del Puente de la Constitución, que según Europa Press, permitió abrir casi todas las instalaciones del país y sumar 700 kilómetros esquiables. Asimismo, las últimas estimaciones apuntan a un aumento de las personas que se sienten atraídas por los deportes de nieve, una disciplina que se ha diversificado en función de los gustos y habilidades de los amantes de la montaña. Pero esta creciente demanda también tiene su reflejo en el incremento de las consultas médicas por lesiones, sobre todo entre los más novatos.
El exceso de confianza no es bueno para nadie, menos, sobre todo, para los iniciados, a los que se les aconseja hacer una preparación física previa, además de acudir a cursos impartidos por profesionales que les enseñen y ayuden a disfrutar del esquí de la forma más segura. Hemos hablado con profesores y entrenadores para que nos den pautas de buenas maneras para aquellos que se atreverán a calzarse los esquís o la tabla de snow este invierno.
Lo primero que deben tener en cuenta son los factores meteorológicos y de temperatura, subraya Ángel Cebollero A., secretario general de la Asociación de Escuelas, Profesores y Entrenadores de Deportes de Invierno de España (A.E.P.E.D.I.). "Con respecto a la climatología es importante tener en cuenta el medio donde se realiza esta actividad deportiva, la montaña, por lo tanto estamos ante bajas temperaturas y con el riesgo de que pueda nevar o de que salga el Sol, que en altura es más fuerte y los rayos pueden afectar tanto a ojos como a piel", indica el experto.
Por eso, es primordial un buen equipamiento que proteja a los esquiadores del frío, vistiéndose por capas. "Las prendas térmicas serán las que tengan contacto con la piel, mientras que la segunda capa debería ser un forro polar y la tercera, una cazadora con un tejido de membrana que permita expulsar el sudor y no permita la entrada de humedad”, recalca Cebollero, para el que el grosor de la ropa dependerá del frío que haga en el exterior.
Es muy importante proteger la piel que queda al aire, en el caso del esquí estamos hablando del rostro. La aplicación de cremas de alta protección solar es obligada y siempre en función del tiempo de exposición, repitiendo las aplicaciones las veces que sea necesario o que nos aconseje la firma cosmética.
"En cuanto a los ojos es fundamental disponer de gafas de al menos protección 2-3 a los rayos ultravioletas. Y lo más cerradas posibles para que los rayos no se cuelen por los laterales", incide el especialista.
Con el cuerpo y la piel bien protegidos, es el momento de colocar el material "duro", es decir: esquíes, bastones, tabla, botas y casco de protección. La protección de los pies es fundamental en este tipo de deportes, pero este calzado se caracteriza por ser grande, incómodo y pesado. Recuerda cubrir tus extremidades con los calcetines idóneos para esta práctica deportiva y pregunta a expertos en indumentaria cuáles son los mejores en función de la disciplina que vayas a llevar a cabo.
Las ganas te podrán porque te rebasarán decenas de esquiadores veteranos a gran velocidad, pero recuerda que un ritmo pausado y tranquilo al principio te permitirá en muy poco tiempo disfrutar igual que ellos.
Para ello es esencial contratar un profesor porque desgraciadamente no nacemos esquiadores, nos hacemos. Además, los expertos recuerdan que es una actividad con cierto riesgo y "lo más sensato y aconsejable es aprender de manos de un profesor titulado, no es recomendable que algún amigo o conocido sin conocimientos ejerza de maestro, ya que en muchas ocasiones puede ocasionar lesiones importantes", recuerdan.
Las normas de seguridad están por algo. Según la Federación Internacional de Esquí existe un decálogo de reglas para ser esquiadores responsables y evitar accidentes en la pista. Además, se debe esquiar controlado en todo momento y el que baja desde arriba debe tomar la dirección que garantice la seguridad de los que se encuentra debajo. Aquel que adelante debe dejar espacio suficiente para que el adelantado pueda realizar sus propios movimientos y nunca pasarse en pista tanto en lugares estrechos, peligrosos o de escasa visibilidad.
Asimismo, aconsejan una preparación física previa diez días antes de debutar en la nieve. "Tanto en la práctica del esquí como en la del snowboard, el tren inferior es la parte de nuestro cuerpo que resulta más afectada. A nivel muscular, son los glúteos, cuádriceps y gemelos los que más tienden a lesionarse y si hablamos de articulaciones, la rodilla es la más propensa a tener molestias por toda la carga biomecánica que soporta” apunta Fernando Dorrego, fisioterapeuta y entrenador personal de Blua de Sanitas. Por ese motivo, aconseja realizar un entrenamiento específico "donde se combinen ejercicios de miembro inferior como sentadillas o zancadas junto con un trabajo de CORE como las planchas o puente para alcanzar el tono óptimo para evitar lesiones y tener menos fatiga al día siguiente a la práctica", advierte.
Y la última, pero no la menos importante, descansar. Si son varias jornadas de nieve y tenemos previsto aprovecharlas todas, debemos recuperar y preparar nuestro cuerpo para otra jornada de actividad frenética. La alimentación y dormir son esenciales en la nieve, además, si le coges gusto, será lo único que te apetezca al colgar las tablas.