Una nueva investigación ha determinado que la mutación 614G promovió una mayor facilidad de propagación del coronavirus en sus inicios y resultó clave para dificultar la detención de la pandemia.
Esta nueva cepa fue detectada por primera vez en el este de China en enero y posteriormente saltó a Europa y a la ciudad de Nueva York. Su magnitud fue tan grande que comenzó a desplazar a otras variantes por los distintos rincones del planeta.
Ahora que se han analizado genéticamente cómo se desarrollaron algunos brotes, se ha determinado que esta variación secuencial contagiaba más fácilmente que la detectada en Wuhan. De lo que todavía no existe evidencia es de que cause síntomas más severos, provoque mayor mortalidad o complique el desarrollo de vacunas.
Sim embargo, este cambio en el genoma del virus puede haber tenido una vital importancia en su expansión: "Cuando todo está dicho y hecho, podría ser que esta mutación sea lo que provocó la pandemia", declaró David Engelthaler, genetista del Instituto de Investigación de Genómica Traslacional de Arizona, en el diario The New York Times.
Reino Unido también ofreció nuevos datos a través de un estudio, que encontró que los brotes en algunas comunidades crecieron más rápido al ser sembrados por la variante 614G que por la originaria de Wuhan.
Una segunda investigación recalcó que los hámsters se contagiaban más rápido, mientras que un tercer análisis demostró que esta variante infectó tejido nasal y bronquial de forma más eficiente que la primera cepa.
El surgimiento de esta variante ha generado una gran controversia científica pese a que algunos países ya advirtieron de su peligrosidad. En Malasia provocó un brote de 45 casos ocasionado por varias personas que se saltaron la cuarentena tras un viaje de 14 días por India. Por su parte, en Filipinas la detectaron entre muestras aleatorias de coronavirus.
Vietnam también la sufrió, concretamente en la ciudad costera de Danang. Después de alrededor de 100 días sin casos, un brote se extendió rápidamente a 10 ciudades y provincias. Lo mismo ocurrió en Singapur, donde se expandió en dormitorios que ocupaban trabajadores migrantes.
Este tipo de episodios ha llevado a varios investigadores a recopilar evidencias de que la variante se propagaba más rápido que la original. Fue el caso del estudio realizado por el Consorcio COVID-19 Genomics UK, que observaron que la variante 614G tenía aproximadamente una ventaja del 20% en su tasa de crecimiento exponencial respecto a la originaria.