Angela Primachenko ha protagonizado una de las historias milagro que conviven con la muerte que genera un coronavirus que sigue avanzando por el mundo llevando el dolor a su paso y las muertes sin despedidas. Y que nos va a obligar a vivir en un futuro rodeados de alta tecnología y controles. Aunque la vida, como en la historia de Ángela se siga abriendo paso. En la semana 33 de embarazad el coronavirus la cazó revela el diario Today. El Covid- 19 la atacó con saña. Los médicos del hospital Legacy Salmon Creek Medical Center, en Washington, tomaron una decisión desesperada en un intento por salvar al bebé y a la madre. Inducirla al coma era la única solución para, al menos, dar alguna posibilidad al bebé de vivir. Y funcionó. Y así conectada a un respirador, en coma y con su vida en vilo, el 1 de abril Ava nació sana y salva y sin coronavirus. Este había dado un pequeño respiro a Angela.
No no la pudo ver hasta que pasó la cuarentena. “Mi pequeña Ava sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatos y todavía no la he podido ver en persona", escribía Angela en su cuenta de Instagram días después de dar a luz. Cuando recibió el alta también lo comunicó en las redes: "7 días en el hospital. 10 días intubados. ¡Miles de oraciones después estoy en casa y me siento tan bien!" "Siento que soy un milagro andante", aseguraba ya en casa. "Nadie esperaba que enfermara tanto. Despertar y ver que ya no tienes barriga fue increíble".
"Las últimas semanas han estado llenas de tantos cambios inesperados en mi vida ... y siento que puedo escribir una novela ... pero esta noche escribiré que la vida es buena, y encontremos lo bueno en todos los días ", escribió en su cuenta de Instagram.
Ava sigue en la UCI, pero Angela ya ha podido abrazarla continúa en la Unidad de cuidados intensivos neonatales: "¡Llorando ahora mismo! ¡Estoy libre de Covid-19! ¡Y sosteniendo a mi bebé en mis manos!", confesaba con una foto de su hija en brazos. Su mensaje es de esperanza porque la vida puede a veces, en medio de la tragedia, ser una regalo.