La mascarilla es fundamental para evitar la propagación del COVID-19 y en España es obligatorio su uso en todos los lugares públicos. Son muchos los tipos que se pueden conseguir: higiénicas, quirúrgicas, FPP2, FPP3, de tela con filtro,… Entre ellas no solo varía su precio, sino también el nivel de protección que otorgan. Un grupo de expertos en prevención de infecciones del Centro Médico de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) ha publicado un artículo en la revista científica JAMA Internal Medicine en el que hacen un ranking de la efectividad de las mascarillas más utilizadas.
El objetivo del estudio era analizar el nivel de filtración de 29 tipos diferentes de mascarillas para saber cuáles son más eficaces a la hora de proteger del coronavirus a los sanitarios que están en primera línea. Las que han obtenido mejores resultados son las N95, cuya efectividad es superior al 95%. La prueba se ha hecho tanto con ejemplares nuevos como con otros caducados o reutilizados y esterilizados con óxido de etileno y peróxido de hidrógeno. En todos los casos, la efectividad era mayor del 95%.
Las mascarillas quirúrgicas dieron perores resultados. En el informe se hace una diferenciación entre las que van ajustadas a las orejas (filtración del 38%) y las que se atan detrás de la cabeza (del 71%). Uno de los autores, Phillip Clapp, explica que una de las claves de la efectividad “es lo ceñida que queda una mascarilla. Una N95 que forma un sello hermético ofrece una protección óptima. Sin embargo, estudios científicos previos sugieren que incluso las quirúrgicas con una eficiencia menor al 95% también son efectivas para prevenir la adquisición de coronavirus epidémicos”.
La conclusión a la que llega el estudio es que las mascarillas N95 esterilizadas pueden usarse con garantías cuando no haya disponibles de las nuevas ya que el resto de alternativas son menos seguras para los sanitarios.
Las mascarillas se han convertido en un atuendo más de nuestro día a día, pero ¿qué diferencias hay entre unas y otras? Estas son las directrices que marca el Ministerio de Sanidad:
Mascarillas higiénicas: Son las que se venden en los supermercados. Sanidad dice que deben ser usadas por las personas sanas. No nos protegen de contagiarnos de coronavirus, sino que, si lo tenemos nosotros, protegen a los demás. Su función es hacer de barrera con las gotículas que expulsamos al toser o al hablar.
Mascarillas quirúrgicas: Se adquieren en farmacias. Son aptas para personas sanas o que hayan dado positivo en COVID, ya tengan síntomas o no. Como las higiénicas, son para proteger a los demás. No son reutilizables.
Mascarillas FPP2: Están recomendadas para personas que cuiden o estén en contacto con personas que han dado positivo. Filtran el aire inhalado y evitan la entrada de partículas contaminantes en nuestro organismo. Es decir, que protegen a uno mismo y a los demás.