Los medicamentos sin receta o medicamentos de venta libre son aquellos fármacos que podemos adquirir en nuestra farmacia sin necesidad de receta médica. No es necesario, por tanto, que un médico nos prescriba este tipo de productos, que se limitan, como es lógico, a sustancias seguras, de uso normalizado y frecuente. ¿Qué tipos de medicamento no necesitan receta médica?
Los medicamentos sin receta pueden usarse libremente y bajo responsabilidad propia para tratar problemas o dolencias menores. Por ejemplo, un dolor de cabeza, un resfriado, un alto nivel de mucosidad, fiebre, un dolor muscular, problemas de estómago... Son productos seguros, asociados a dolencias concretas o muy frecuentes, que puede recomendar un farmacéutico sin necesidad de que intervenga un médico en el proceso. Se trata, en general, de medicinas pensadas para tratar síntomas comunes.
Además, los fármacos sin receta responden a ciertos límites en su composición, marcados a nivel legal. El objetivo es evitar casos de abuso o adicción que puedan provocar daños en quien los consume. También es necesario que su uso sea sencillo y que baste con leer las indicaciones de la caja para utilizarlos correctamente: por ejemplo, no existen medicamentos sin receta de tipo inyectable, ya que ello podría resultar peligroso. La normativa también obliga a que este tipo de medicamentos recojan en su caja los problemas de salud para los que están indicados.
Al tratarse de productos con pocos efectos secundarios o posibles riesgos asociados, no es necesaria la intervención de un médico. Además, suelen utilizarse para dolencias muy frecuentes y fácilmente identificables por quien las padece, lo que nos ahorra (a nosotros y a nuestro médico) tener que acudir a consulta para una dolencia que tenemos perfectamente identificada.
Eso sí, que se trate de fármacos seguros no quiere decir que podamos consumirlos a nuestro antojo: es importante leer siempre las instrucciones y controlar nuestro consumo. Es posible que necesitemos un fármaco más específico para nuestro problema, en lugar de consumir una elevada cantidad de un fármaco de venta libre. Otro punto clave es tener en cuenta la compatibilidad de estas medicinas con cualquier otra que estemos consumiendo.
Un caso que ha dado mucho que hablar en los últimos meses es el de fármacos como el Ibuprofeno o el Paracetamol. Hasta hace pocos meses era bastante frecuente pedir una caja de Ibuprofeno de 600 miligramos en la farmacia sin ningún tipo de receta, así como Paracetamol de un gramo. De ahí la creencia generalizada de que estos medicamentos (con esta composición concreta) eran de venta libre.
La realidad es que nunca fue así y, a principios de 2019, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos decidió ponerse serio con este punto y comenzar a hacer cumplir la ley, controlando la venta de este tipo de fármacos y generando sanciones que pueden ir de los 3.000 a los 6.000 euros. Eso sí, el Paracetamol de 500 mg puede comprarse sin receta, así como e Ibuprofeno de 400 mg. Es necesaria receta específicamente para el caso del Ibuprofeno de 600 mg o el Paracetamol de un gramo.