Desde que comenzó la pandemia, y más ahora que son obligatorias, todos tenemos que acostumbrarnos a usar las mascarillas a diario aunque no siempre resulta fácil porque agobian, dan calor y empañan las gafas. Hay trucos y cosas que se pueden hacer para sobrellevarlas mejor.
Se ha convertido en el complemento más necesario. Podemos salir a la calle sin móvil pero no si mascarilla. Llevarlas con gafas es muy engorroso porque se empañan con el vaho de la respiración pero hay dos soluciones: una, doblar la mascarilla en horizontal, anudar la goma en cada lado cerca de la tela y combarlas según la forma de nuestra nariz. La otra, simplemente pasar una pastilla de jabón.
Una tira de plástico con cortes laterales puede solucionar el problema de la molestia en las orejas, de forma que la goma rodea toda la cabeza. También se venden artilugios hechos en serie para este fin.
Desde el BOE se avisa de que la mascarilla debe cubrir la boca, la nariz y la barbilla y todo lo que no sea llevarla así, como ponerla por debajo de la nariz, en la barbilla o en la frente, es un mal uso de este elemento de protección. Además, es muy importante saber que no debemos quitarnos la mascarilla para hablar, toser o estornudar.
Las mascarillas quirúrgicas e higiénicas, las más recomendables para la población, tienen una vida útil de entre 4 y 8 horas. A la hora de conservarlas para un segundo uso, deben guardarse en una bolsa transpirable o de papel, o en un sobre, pero nunca en el bolso o bolsillo, ya que son un foco de contaminación.