Las mascarillas se han convertido en una prenda imprescindible durante estos últimos seis meses en los que la pandemia del coronavirus ha golpeado al mundo. Nuestro conocimiento sobre ellas se ha ido implementando a marchas forzadas ya que nuestra salud y el riesgo de contagio dependen en gran medida de este dispositivo que en poco tiempo ha pasado de ser un extraño elemento usado solo por gente de los países asiáticos, a convertirse en nuestro mejor aliado contra el Covid- 19.
Las hay de todos los tipos y colores, pero aún existen dudas acerca de cuándo es necesario cambiarlas, cómo lavarlas o ¿qué pasa si se mojan?
Hemos pasado de llevarla en verano y sudar a pleno sol con la mascarilla a una nueva estación, el otoño y las lluvias, por ello los expertos responden a la pregunta sobre las mascarillas mojadas.
La Organización Mundial de la Salud lo deja bien claro, las mascarillas deben cambiarse cuando estén mojadas, bien por la lluvia o por el propio uso “es importante reemplazarlas por otras nuevas y nunca reutilizarlas”, siempre y cuando se hable de mascarillas de un solo uso ya que la permeabilidad de la misma se ve afectada y pierde su efectividad. Además de perder eficacia la humedad, se vuelve un caldo de cultivo perfecto para la acumulación de bacterias y virus.
En cuanto a las mascarillas de más de un uso es necesario limpiarla y dejarla secar al aire antes de volver a utilizarla. Por ello desde las instituciones sanitarias recomiendan llevar encima una mascarilla de repuesto en caso de que nos topemos con la lluvia y la mascarilla se moje.
El uso de la mascarilla incrementa la incidencia de ojo seco y de dermatitis alrededor de la boca, según ha advertido el doctor Carlos Palomino, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
"Hemos observado un incremento de la incidencia de ojo seco y un empeoramiento de las personas que padecían esta patología con anterioridad", detalla el doctor, quien cree que una colocación poco ajustada de la mascarilla en su parte superior puede ser la causa de este incremento de casos: "La parte superior de la mascarilla, a la que denominamos chimenea, es por donde se expulsa predominantemente el aire procedente de la respiración. Esta salida de aire continua va directamente a los ojos provocando una incidencia mayor de ojo seco".
La mayor sequedad ocular se manifiesta por un aumento de las molestias, enrojecimiento persistente, cansancio ocular y disminución de la capacidad visual. La utilización continua de pantallas de ordenador, móviles o televisión agrava estas molestias.
Palomino recomienda a las personas afectadas por ojo seco o las que muestren molestias oculares desde que utilizan mascarilla que intenten ajustar la parte superior de la mascarilla lo mejor posible, incluso utilizando un esparadrapo hipoalergénico que ajuste la mascarilla a la nariz y a la parte inferior de los ojos. "De esta forma conseguiremos que el aire salga por los laterales de la mascarilla o por su parte inferior y reduciendo deje de sufrir todas las horas que llevamos la mascarilla puesta", asegura.
El Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid también ha observado las dificultades de empañamiento que causan las mascarillas. Un hecho que, aunque parece banal, puede causar problemas graves: "La falta de visión a causa de vaho en las gafas en personas mayores incrementa exponencialmente su riesgo de caídas; también incrementa las posibilidades de un accidente de tráfico en conductores. Una pérdida de visión por vaho no es un hecho banal".
La utilización continua de la mascarilla también afecta a la piel, sobre todo las personas que padecen piel atópica. "Cuanto más se usa la mascarilla, más se observa que se deteriora la piel: se vuelve más sensible. Cuando la piel está al aire libre está más oxigenada y se conserva mejor", detalla el doctor Javier Pedraz, dermatólogo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Asimismo, indica que el uso continuado de mascarilla puede provocar dermatitis perioral, un tipo de dermatitis que cursa con lesiones muy parecidas al acné. "Estas lesiones se producen normalmente por estrés, pero el uso continuado de la mascarilla también las causa. También las mascarillas agravan las dermatitis seborréicas y el acné", argumenta.