Cuando empiezas una relación de pareja, en el pack van incluidas las amistades de la otra persona. Algunas serán un tesoro y te tratarán como si te conociesen de toda la vida; con cariño, confianza, respeto y empatía. Otras ni fú ni fa; no conectáis y no pasa nada, tampoco quedáis tan a menudo. El problema surge con esos amigos y amigas que no soportas. ¿Cómo lidiar con ellos?, te habrás preguntado en más de una ocasión.
Eso es lo que le ocurre a Isa M., una joven riojana de 24 años. “Hay una guerra fría con la mejor amiga de mi novio”, relata, una guerra que comenzó prácticamente desde que conoció a su novio. “Cada dos por tres me decía cosas como que yo no le conocía tanto como ella, y joder, es verdad, yo llevaba igual un mes, pero tampoco quieres que alguien esté comparándote y haciéndote de menos todo el rato”.
A las comparaciones se sumaba la ansiedad de no poder comentar lo que ocurría con su pareja. “Es su mejor amiga, yo no quiero meter mierda, así que me callé todo. Quería ser imparcial y eso hacía que me cabreasen más ciertas actitudes”. Al preguntarle por algún ejemplo, nos relata una anécdota recurrente: “mi novio y yo igual quedábamos solos una vez a la semana, el resto del tiempo hacíamos planes con sus amigos. Además, es que yo en la ciudad no conocía a tanta gente y me parecía bien salir con su grupo. Pues cuando estaba ella dejaba caer que yo le estaba alejando del grupo, pero siempre en tono como de risas, y cuando yo ponía mala cara me decía que era una broma y que no se me podía decir nada. Tendré muchos defectos, pero jamás he pedido a mi novio que dejase de salir con sus amigos por mí. Todo lo contrario, le he animado a quedar, y eso me dolió”.
“No es cuestión de celos, de verdad”, aclara Isa, “porque si un amigo chico me hiciese esto, me dolería lo mismo. Es una cuestión de tensión, de estar mal cuando sé que va a venir porque tendré que aguantar comentarios con buena cara. No sé cuánto podré estar así”.
Cuando una persona confiesa que le cae mal un amigo o amiga de su pareja, la primera explicación a la que acudimos son los celos. Además, si tu pareja y su amigo/a son del género opuesto, los celos supuestamente son porque “te piensas que te lo van a a robar”, una creencia bastante sexista, ya que implica que hombres y mujeres no pueden ser amigos sin que haya un interés afectivosexual.
No voy a negar que hay ocasiones en las que la mala relación surge por los celos, pero utilizar este argumento siempre es bastante reduccionista. Hay más motivos a tener en cuenta:
El primer paso es identificar la causa de la mala relación. Si el problema está en el amigo o amiga en cuestión, lo ideal es hablar con tu pareja de una forma empática. Explícale que respetas su relación, que no quieres que deje de quedar con esa persona por ti, pero que tú te vas a distanciar un poco porque no te hace bien verle. Es un error fingir delante de tu pareja y ocultarle lo que sientes porque seguramente vaya a más. También es un error abrir la caja de pandora confesándole lo que sientes, y después aprovechando cualquier ocasión para criticar a esa amistad.
Si el problema está en tu pareja (porque no está dividiendo su tiempo o porque saca una versión que no te gusta nada cuando está con sus amigos), es todavía más importante comunicarte con él o ella. Dile qué es lo que sientes y deja que reflexione y se explique. El siguiente paso llegará cuando tu pareja esté dispuesta a poner límites y adaptar su comportamiento a ambas partes fortaleciendo vuestra relación de pareja sin descuidar la relación con sus amistades, pero ese trabajo es suyo, no es tu responsabilidad.