Cuando se trata de lunares y sol, la afirmación más importante que debes que tener en cuenta es un exceso de exposición a los rayos solares o presión de quemaduras es sinónimo de mayor riesgo de aparición de este tipo de mancha y, con ello, aumenta el riesgo de padecer un cáncer de piel o un melanoma. Por eso es muy importante proteger tu piel no solo durante el verano, sino durante todo el año, evitando la acumulación de lesiones que pueda poner en peligro tu salud. Lunares y sol: ¿Qué relación existe entre ellos como cuidar tu piel este verano?

Casi todas las personas tienen algún tipo de lunar su piel: una son más propensas a acumular ese tipo de manchas y, en el caso de otras, su presencia es casi testimonial. En general, un lunar no supone ningún tipo de problema para la salud, pero determinadas variaciones color, forma, tamaño... así como la aparición de picor, dolor o sangrado, pueden ser síntomas de algún tipo de enfermedad de la piel. Entre ellas, el melanoma se asocia al exceso de exposición solar. Se trata de uno de los más temidos tipos de cáncer de piel.

Por eso, los dermatólogos son rotundos al afirmar que importante examinar nuestra piel cada cierto tiempo en busca de una de lunares sospechosos. Además, en cuanto aparezca alguno de estos síntomas, se debe acudir con urgencia a un profesional de la salud que pueda realizar un diagnóstico y determinar si existe o no cáncer de piel, actuando en consecuencia. Sobre todo, si eres una persona propensa a registrar manchas o a quemarte con facilidad, debes reducir la exposición al sol y tomar precauciones siempre que expongas tu piel a este tipo de radiación: el sol es uno de los factores que más influyen en la aparición del melanoma.

Si ya cuentas con manchas solares y lunares de cualquier tipo en tu piel y consideras que te encuentras dentro de un grupo de riesgo, es importante que protejas tu piel frente al sol durante todo el año y que utilices para ello protección 50+. Debes evitar exponerse al sol entre las 12 y las 16 horas, que son las de mayor incidencia y riesgo. Además, el uso de barreras físicas como sombrillas, sombreros, gorras, pañuelos… te ayudará a evitar la exposición directa al sol, si bien cierto impacto de los rayos solares es inevitable este tipo de barrera, por lo que es importante combinar esta medida con el uso del factor solar.

Del mismo modo, si no tienes pecas pero, tras tomar el sol, aparecen durante unas horas, es muy importante que uses un factor de protección solar alto. Además, exfoliar tu cuerpo y tu cara una vez por semana ayudará a renovar tu piel y a mantener tus manchas bajo control, si bien debes evitar hacerlo antes de exponerse al sol, ya que tu piel estará más vulnerable.

Por otro lado, ten en cuenta que determinados medicamentos, como los anticonceptivos, pueden promover la aparición de manchas y pecas. Lo mismo se aplica al estado de embarazo: durante este periodo es muy importante proteger tu piel para evitar la aparición de lesiones en tu piel.

Por último, a la hora de elegir tu crema con factor solar, lo más importante que debes tener en cuenta es que ésta debe ser eficaz tanto contra los rayos UV-B como contra los rayos UV-A. Más allá de ello, en el mercado encontrarás opciones en función de tu tipo de piel: alérgica, sensible, con manchas… En general, se recomienda utilizar un factor solar de al menos 50+.

También puedes encontrar factores solares que protegen frente a los rayos infrarrojos A (IR-A), los principales causantes del envejecimiento prematuro de la piel y de la pérdida de elasticidad y firmeza, la aparición de arrugas profundas y de manchas, lentigos o lunares. Otras cremas incluyen, además, correctores de manchas, que ayudan a reducir su presencia mientras protegen tu piel de frente a nuevas lesiones.