Cómo saber si un lunar es sospechoso: puede ser vital para evitar un cáncer
A mayor edad y daño acumulativo por exposición solar, más probable será que las células de los lunares puedan transformarse en un melanoma
Lo más impotente es consultar al dermatólogo cuando se observen cambios en un lunar: la regla del ABCDE nos puede ayudar
La primera señal o síntoma de la existencia de un melanoma con frecuencia es un cambio en el tamaño, forma, color, o sensación de un lunar existente
La llegada del verano suele despertar nuestro interés por el cuidado de la piel y la prevención ante posibles enfermedades y daños irreparables que podamos provocar por una exposición excesiva o incorrecta al sol. El uso de protección solar adecuada y de forma repetida es básico, así como evitar las horas cercanas al mediodía. Pero a veces pasamos por alto otro punto básico de la prevención: el control de manchas y lunares con el fin de identificar cambios sospechosos que merezcan una visita al dermatólogo. ¿Cómo saber si un lunar es sospechoso?
Claves para identificar un lunar sospechoso
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Evitar un cáncer de piel pasa por mantener una actitud estricta en lo que al cuidado de la piel frente al sol se refiere. Sobre todo tras meses de confinamiento y de restricciones a la movilidad, es posible que nuestra piel esté más sensible que nunca, ya que la escasa producción de melanina provoca una mayor sensibilidad en la piel a los efectos de la radiación UV. Además, estudiar manchas y lunares es básico para poder tratar de forma temprana cualquier cáncer de piel.
Existen tres tipos de cáncer en este ámbito:
- Basocelular, con apariencia de una herida que no cicatriza.
- Células escamosas o espinocelular.
- Melanoma maligno, que es el más agresivo.
Un factor positivo en cuanto al diagnóstico del cáncer de piel es que la mayoría de estas lesiones son perfectamente visibles y suelen localizarse en zonas especialmente expuestas al sol, como pecho, abdomen y espalda, orejas y cara. Debería ser, por tanto, un tipo de cáncer muy fácil de detectar, pero la falta de atención a nuestra piel retrasa muchas veces el diagnóstico. Afortunadamente, es algo que podemos subsanar acostumbrándonos a examinar nuestra piel periódicamente, sobre todo tras épocas de exceso, como el verano, pero también durante el resto del año y en el momento en que la expongamos al sol tras meses de escasa exposición.
Hay que tener en cuenta que, a mayor edad, y cuanto mayor sea el daño acumulativo por exposición solar, más probable será que las células normales de los lunares puedan transformarse en un melanoma. También hay que saber que el riesgo de padecer cáncer de piel aumenta cada año: la organización Euromelanoma y la Coalición Glogal para la Defensa del Paciente con Melanoma defiende que los casos anuales de melanoma, el cáncer de piel con peor pronóstico, han aumentado casi un 50 por ciento en la última década.
En cuanto a cómo detectar un cáncer de piel, tal y como indica la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), L. Sin embargo, también pueden aparecer como un lunar nuevo, negro, o anormal. Pero no suelen presentar molestias o síntomas añadidos en los primeros momentos de su aparición.
Los síntomas pueden aparecer por el crecimiento incontrolable y diseminación de las malignas por el resto de las estructuras del cuerpo (ganglios linfáticos cercanos u otros órganos). Por otro lado, en los varones suele aparecer en el tronco o la región de la cabeza o el cuello, mientras que en las mujeres suele aparecer más frecuentemente en brazos o piernas.
Lo más impotente es consultar al dermatólogo cuando se observen cambios en un lunar. En este sentido, la regla del ABCDE nos puede ayudar a distinguir un lunar normal de un melanoma:
- A: Asimetría: Que la mitad de un lunar no sea igual que la otra mitad.
- B: Bordes irregulares: Los bordes desiguales, irregulares, borrosos o dentados son señal de alarma.
- C: Color: Los colores más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro.
- D: Diámetro: Cuando el lunar mide más de 6 milímetros o aumente de tamaño (mayor de 6 mm.).
- E: Evolución: Si el lunar experimenta cambios en cuanto a tamaño o forma, debes permanecer alerta.
Por último, la AECC recuerda que determinar en qué fase o estadio esta un tumor permite conocer la extensión de dicho tumor, tanto localmente como a distancia, así como determinar el tratamiento más adecuado en cada caso.