Las farmacéuticas responsables de las vacunas contra el covid que han sido aprobadas ya por las diferentes agencias del medicamento no lo recomiendan, pero la mezcla de dosis de varios compuestos está comenzando a ser vista con buenos ojos por parte de algunos responsables de salud pública, y también de algunos científicos. De hecho, hasta ahora no se mezclaban y cuando ha ocurrido, como se ha dado en varios casos documentados, se debió a un error en el proceso de vacunación.
Pero el pasado mes de enero, en el Reino Unido, se dio luz verde a la mezcla de compuestos si, en el momento de que un paciente tuviera que recibir la segunda dosis no estaba disponible la vacuna que se le administró en la primera. Es el protocolo que ase aplica en el país, a pesar de que no había todavía ningún estudio que avalara la efectividad ni la eficacia de este proceso. Pero eso puede cambiar en las próximas semanas.
El pasado mes de febrero, varios investigadores de la Universidad de Oxford comenzaron un ensayo clínico para dar respuesta, precisamente, a este interrogantes. En el estuio han participado diferentes voluntarios que primero recibieron una dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech y, tras las semanas correspondientes, recibieron una segunda dosis del compuesto de AstraZeneca, o viceversa. En este momento, los investigadores están analizando la sangre de los sujetos de estudio para comprobar cómo ha funcionado la administración de dos vacunas distintas, en términos de seguridad y de efectividad frente al coronavirus.
Y este no es el único ensayo sobre la combinación de vacunas anti covid que se está realizando en el mundo, tanto en personas como en animales. Y es que, cada vez aparecen más vacunas en el mercado y se hace necesario responder a la pregunta que surge de la necesidad de combinarlas. Y es que, mezclar dosis de diferentes compuestos no solo serviría para reducir los cuellos de botella en los protocolos de vacunación (ante la escasez de una vacuna en concreto) sino que podría aportar beneficios extra en términos de inmunización para la lucha contra la pandemia.
Y es que el concepto de mezclar vacunas, proceso denominado 'prime-boost heterólogo', no es nuevo. Durante décadas, los investigadores han investigado este enfoque con la esperanza de encontrar combinaciones potentes contra distintos virus, como la gripe, el VIH y el Ébola. Contra esta última enfermedad, varios estudios demostraron los beneficios de mezclar compuestos distintos.
Pero realizar estos estudios es algo realmente costoso para una sola farmacéutica, que no puede centrarse en fabricar dos compuestos distintos contra un mismo virus. Por eso es interesante que colaboren entre ellas. Como están haciendo el instituto Gamaleya, responsables de la vacuna rusa Sputnik V. Sus equipos quieren comprobar cómo funcionan sus vacunas juntas. Así, ya han registrado un par de ensayos clínicos en los que los voluntarios recibirán una dosis de AstraZeneca y otra de Sputnik V.