Las redes sociales son una parte muy importante de nuestra vida, sobre todo después de que una pandemia nos obligase a socializar online durante meses. En ellas compartimos fotografías, opiniones y confesiones, abriéndonos a quienes nos siguen.
A veces nuestro perfil de Instagram es íntimo, tal y como sucede con la vida social cara a cara. Sin embargo, en ocasiones los seguidores ascienden a centenares o miles. De alguna forma, desconocidos de Internet se convierten en espectadores de nuestro día a día.
Entre los likes y los comentarios positivos, también se esconde una realidad muy desagradable: los haters y acosadores.
Normalmente estas personas se conforman con soltar una simple frase negativa, pero también pueden llegar a obsesionarse comentando cada foto, creando cuentas falsas y analizando cada detalle de las redes sociales de sus víctimas. ¿Su justificación? Que las redes sociales son públicas y si alguien expone su vida, también debe asumir las críticas. Este manido mensaje deja en el tintero las consecuencias del acoso en redes. Porque sí, aunque la pantalla de tu móvil no te deje ver las secuelas de tus palabras, lo que estás haciendo es bullying.
Teresa no es influencer, sino una chica de 21 años que estudia enfermería y tiene una cuenta de Instagram. En ella comparte fotos de viajes, de fiestas con amigos y del perrito de sus padres. En resumidas cuentas, es una persona como cualquier otra. Pero su vida cambió cuando alguien comenzó a insultarla en redes sociales.
“Vi que tenía una cuenta sin foto había comentado una publicación muy vieja. Era una foto de cuando tenía 17 años en la playa. En aquel entonces tenía sobrepeso y en el comentario en cuestión ponía ‘Teresa la obesa’. No le di importancia, pero me vinieron muchos recuerdos de inseguridades que tenía en la adolescencia”, confiesa la joven.
Tras borrar el comentario, la cuenta anónima comentó una y otra vez la misma foto. “Si borraba sus comentarios, los publicaba diez veces más. Al final borré la foto, pero dio igual porque siguió insultándome en el resto de mis publicaciones”, recuerda. “Obviamente le bloqueé, pero se hacía cuentas falsas. También me privaticé la cuenta, pero me enviaba mensajes privados”.
“Llegó a un punto tan bestia que empecé a asustarme. Solo se metía con mi físico y con el de mi familia o amigos, pero aun así me asustaba un poco que alguien estuviese tan obsesionado conmigo”, reflexiona.
Al contarle lo ocurrido a sus padres, decidieron poner el asunto en manos de la policía. “Tuve que denunciar. Además decidí hacer público mi Instagram y subí varios stories contando lo que llevaba sufriendo estos meses, y que al fin me había animado a ir a la policía. En ese momento el acoso paró y no volví a saber nada de esa persona, pero psicológicamente quedé bastante tocada”.
Teresa dejó de subir fotos e incluso borró su perfil para crearse uno nuevo en el que solo agrega a personas que conoce cara a cara.
Muchas personas leerán el testimonio de Teresa y seguirán insultando en redes. Incluso pensarán que en parte se lo buscó por tener un perfil abierto al público. Esta mentalidad implica blanquear el acoso y la violencia, y es totalmente intolerable.
Un simple insulto en redes sociales puede destrozar la autoestima hasta de la persona más fuerte. Qué decir de un acoso reiterado como el que acabamos de ver.
Y no hablamos de casos aislados, sino de una situación totalmente normalizada en nuestra sociedad. En 2019, casi 530 mil jóvenes de entre dieciocho y veinte años admitieron haber sido víctimas de ciberbullying en redes sociales. Por si este dato fuese poco, normalmente el acoso comienza antes de los 10 años, tal y como señala el Informe ‘Violencia Viral’ de la organización Save The Children.
7 de cada 10 personas han sido víctimas de acoso en redes sociales siendo menor de edad, y son muchos los casos en los que el bullying se mantiene en la adultez. Teniendo en cuenta el estrés que implica esto, ¿cuáles son las consecuencias psicológicas?
¡Ojo! Estas secuelas no solo pueden a afectar a menores, sino también a personas adultas que son expuestas a insultos y acoso en redes sociales.
Si alguien está acosándote en redes sociales, lo primero que debes hacer es denunciar su perfil y bloquearle de inmediato.
En el caso de que el acoso se prolongue, tienes todo el derecho a denunciar. Según el artículo 172 del Código Penal, el acoso reiterado y las amenazas a tu seguridad o libertad, ya sean cara a cara o por otro medio de comunicación, están penadas con de 3 meses a 2 años de prisión.
Pero, ¿cómo denunciar?