Varios estudios han estudiado cómo afectan los corticoides al tratamiento frente al coronavirus. Uno de ellos, realizado recientemente por internistas del Hospital Virgen de la Torre y profesionales del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Infanta Leonor ha determinado que el tratamiento con corticoides disminuye en un 40 por ciento la mortalidad de los pacientes de edad avanzada con fallo respiratorio grave.
El estudio, cuyos resultados han sido publicados en la revista científica americana 'Journal of Gerontology', analiza específicamente el efecto del tratamiento con corticoides en los pacientes mayores de 75 años ingresados con neumonía por coronavirus con fallo respiratorio severo, es decir, que requieran altas necesidades de oxígeno suplementario.
Los investigadores incluyeron un total de 143 pacientes ingresados durante la primera oleada de la Covid-19, entre marzo y mayo de 2020, de los cuáles 88 pacientes fueron tratados con corticosteroides y 55 pacientes no. Los pacientes analizados tenían, además, varias enfermedades asociadas como cardiopatía isquémica o diabetes.
Los resultados del estudio realizado mostraron que el tratamiento con corticoides disminuyó la mortalidad en estos pacientes en un 40%, confirmando la eficacia del fármaco, ya probada, en grupos de pacientes más jóvenes.
Los glucocorticoides o corticosteroides son un grupo de fármacos con propiedades antiinflamatorias que se usan, de forma frecuente, en el manejo de patologías del pulmón como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y son de amplia distribución mundial, accesibles, económicos, y con efectos secundarios manejables.
Los expertos prevén una primavera intensa para los alérgicos a pesar del uso de la mascarilla debido al invierno con temperaturas suaves, mayor humedad e intensas lluvias.
Además de prevenir el COVID-19, la mascarilla está teniendo beneficios frente a ciertas alergias al no dejar pasar las partículas a las vías respiratorias, tal y como ha señalado la doctora Leticia Herrero, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Málaga.
En primavera se polinizan de forma importante, y en ocasiones explosiva, pólenes de plantas, como la parietaria o las gramíneas, y árboles, como el olivo, el plátano de sombra o el ciprés. Este año, al haber tenido un invierno más cálido y de buen regadío, "las plantas han aumentado su polen afectando mayormente a los alérgicos".
La doctora Lourdes Romualdo, jefa de Servicio de Alergología del Hospital Quirónsalud Marbella, ha señalado que "los pacientes afectados de alergia a ácaros del polvo también sufren una mayor crisis de sintomatología alérgica por el aumento de la humedad, que propicia en estos meses que los ácaros estén presentes en mayor proporción en nuestro ambiente".
Según estas expertas, no sólo lo anterior repercutirá en las alergias, que afectan al 30 por ciento de la población española y el 25 por ciento del mundo, sino que también el cambio climático, las partículas diésel de los combustibles y la falta de lluvias de los últimos años han provocado que los pólenes sean más agresivos, creando síntomas bronquiales y de mayor magnitud.
Así, un paciente alérgico al polen tendrá "mayor probabilidad de presentar estornudos en salva (hasta 10-20 estornudos seguidos), además de congestión nasal, rinitis, picor de ojos, conjuntivitis, e incluso falta de aire en relación con la exposición al aire libre y de predominio los días de viento", ha explicado la alergóloga Leticia Herrero.