En el mundo hay 672 millones de adultos y 124 millones de menores con obesidad, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Asimismo, 40 millones de niños menores de 5 años sufren de sobrepeso (estadio anterior). Y entre la población española la obesidad también tiene una gran incidencia. Su prevalencia entre los adultos (25-60 años) es de nada menos que el 14,5 por ciento, mientras que el sobrepeso afecta a un 38,5 por ciento de los españoles, según datos del Ministerio de Sanidad.
Esta enfermedad se asocia principalmente con la diabetes y enfermedades cardiovasculares, pero también con trastornos óseos y musculares y algunos tipos de cáncer. Y en sí misma la obesidad es un factor de riesgo de ser hospitalizado o internado en cuidados intensivos en caso de infección por covid-19, por lo que desde el inicio de la pandemia los focos se han puesto sobre esta afección que pone en riesgo a gran parte de la población. Hay tres puntos que todos debemos tener en cuenta sobre la relación entre la obesidad y el coronavirus:
Probablemente hayas escuchado que los adultos mayores y las personas con condiciones de salud previas, como la diabetes o las enfermedades cardíacas, son más vulnerables a desarrollar un caso grave de covid-19. Incluso si te sientes saludable, el simple hecho de tener sobrepeso u obesidad puede aumentar tu riesgo y vulnerabilidad ante la enfermedad.
Una persona se considera que vive con obesidad si tiene más grasa corporal de la que se considera saludable para su altura. El Índice de Masa Corporal (IMC) es una herramienta de detección de la obesidad, la cual puede ser obtenida por cualquiera para conocer su nivel de peso actual. “Tener un IMC de 30, o más, aumenta el riesgo en un 27% de desarrollar un caso grave de covid-19 en caso de contagio,” explica el doctor Kyle Stephens, cirujano bariatra del Hospital Houston Methodist.
Aunque todavía se está desarrollando la vacuna contra el covid-19, lo preocupante es que incluso una vez que tengamos una, es probable que sea menos eficaz para las personas que viven con obesidad. Históricamente, las personas con sobrepeso y obesidad parecen beneficiarse menos de la vacunación contra la influenza, el tétanos y la hepatitis B que las personas que tienen un peso saludable. La razón de esto aún no está clara, pero se cree que el estado crónico de inflamación provocado por la obesidad interfiere con la capacidad del sistema inmunológico para responder adecuadamente a una vacuna.
Aún no está claro por qué la obesidad pone a una persona en mayor riesgo de enfermar, pero existen algunas teorías. Una idea es que la infección puede exacerbar las dificultades respiratorias que a menudo experimentan las personas con sobrepeso. Además, se cree que tener más grasa puede ayudar a que el virus se quede más tiempo en el sistema, debido a las propiedades moleculares de las células grasas y de este virus en particular.
Cualquiera que sea la razón del mayor riesgo de una persona, es importante tener en cuenta que cuanto más enfermo se sienta, más tiempo le llevará recuperarse.
Todo el mundo debería tomar precauciones para mantenerse sano, pero quienes corren un mayor riesgo de padecer una enfermedad grave deberían ser aún más cautelosos y vigilantes.
Las personas con obesidad y que tienen otros problemas de salud preexistentes, como enfermedades cardíacas, presión arterial alta y diabetes, deben asegurarse de tomar todos los medicamentos necesarios para controlar su salud en general. Tener más de un problema de salud crónico puede aumentar aún más el riesgo de una persona.
El sistema inmunológico es complejo y muchos factores contribuyen a una respuesta inmunitaria saludable. Sin embargo, comer sano, hacer ejercicio con regularidad y dormir bien son formas fáciles de ayudar a estimular de forma natural tu sistema inmunológico.
Acudir a un especialista para entender por qué una persona está ganando peso y obtener ayuda profesional para cambiar malos hábitos, vencer viejos paradigmas y comenzar a bajar de peso es de gran relevancia ahora más que nunca, en tiempos de pandemia.
Aunque no hay una manera rápida ni milagrosa de perder peso, el doctor Stephens recuerda que nunca es demasiado tarde para comenzar, incluso si estamos en medio de una pandemia.