Un estudio realizado en China constata que la tasa de mortalidad de los hombres por coronavirus es más del doble que la de las mujeres, aunque ambos géneros tienen las mismas probabilidades de contraer el COVID-19. El estudio analiza las diferencias que hay entre los pacientes hombres y pacientes mujeres, y su principal conclusión es que los varones de mayor edad podrían necesitar cuidados adicionales y un acceso más rápido a las UCI, según se publica en la revista Frontiers in Public Health.
Esta investigación asegura que los hombres son significativamente más propensos a sufrir los efectos severos de la enfermedad y a morir, a pesar de que hombres y las mujeres tienen las mismas posibilidades de contraer el virus.
José A. López , microbiólogo investigador y profesor de la UAM, analiza para Informativos Telecinco este realidad del diferente impacto del coronavirus por género, a raíz de este estudio y coincide en que ha elementos que podrían explicar este mayor impacto en los hombres que en las mujeres, dentro de que la prudencia de que aún nadie conoce todos los detalles del virus convertido en pandemia.
De hecho, el hecho de tener un sistema inmune más agresivo, como ocurre con las mujeres, podría provocar que este las afectara más, porque ellas tienen más enfermedades de tipo autoinmune, pero no está ocurriendo así. Parece que el hecho de tener un sistema autoinmune diferente al de los hombres para proteger al feto está beneficiando a las mujeres.
No obstante, el experto, prolífico autor, considera que "el efecto fundamental que diferencia a hombres y a mujeres es el hecho de que los hombres sufren a una determinada edad más enfermedades de comorbilidad, lo que quiere decir que le hacen más propenso a que este tipo de virus le afecte en mayor medida. Hablamos de hipertensión, problemas renales o respiratorios". Y esto sí puede resultar un cóctel que provoca que el virus tenga una mayor mortalidad de hombres que de mujeres.
Los investigadores, del Hospital Tongren de Beijing, en China, analizaron un conjunto de datos de 43 pacientes de COVID-19 que ellos mismos habían tratado y datos de 1.056 personas que están disponibles públicamente; además, también incluyeron cifras de 524 pacientes de SARS de 2003 (los dos coronavirus que están detrás de estas enfermedades son parecidos).
Jin-Kui Yang, del citado hospital de Beijing, señala cómo se plantearon la pregunta de si los hombres son más susceptibles de contraer o morir a causa de la enfermedad: "A principios de enero notamos que el número de hombres que morían a causa de COVID-19 parecía ser mayor que el número de mujeres".
Entre los pacientes, los investigadores confirmaron que las personas mayores y las que tenían condiciones subyacentes específicas tendían a tener una enfermedad más grave y tenían más probabilidades de morir.
Sin embargo, la edad y el número de hombres y mujeres infectados eran similares, pero los hombres tendían a padecer una enfermedad más grave.
Según el estudio, los varones tienen una tasa de mortalidad casi 2,5 veces mayor que las mujeres, ya que con los datos de pacientes con COVID-19 examinados, más del 70 por ciento de los que murieron eran hombres.
"Y lo interesante es que ser hombre supone un factor de riesgo significativo para tener una enfermedad más grave, sin importar la edad", apunta Yang.
En el conjunto de datos del SARS de 2003, los científicos hallaron una tendencia similar, con una tasa de mortalidad significativamente mayor entre los hombres.
Tanto en el SARS como en la COVID-19, el virus es capaz de entrar en la célula humana gracias a una proteína que se une a otra, denominada ACE2. Esta se encuentra en nuestras células y el trabajo también la examina.
Así, según este estudio, los niveles de ACE2 tienden a ser más altos en hombres y en pacientes con enfermedades cardiovasculares y diabetes, todos ellos con peores resultados.
Pese a estas conclusiones, Yang y sus colegas indican que es necesario seguir investigando para determinar por qué los hombres con COVID-19 tienden a tener peores resultados
Esta denominada proteína se encuentra presente en los pulmones, en el tracto gastrointestinal, en el corazón y, en grandes cantidades, en los testículos.
Según un estudio del Centro Médico Montefiore en el Bronx, el virus podría albergarse en los testículos por períodos más largos de tiempo que en el resto del cuerpo, convirtiéndolos en el punto débil para combatir el coronavirus.