Carmen, de 23 años, conoció a Pablo por Tinder. Hablaron durante semanas sin llegar a verse en persona hasta que la conversación subió de tono y acabaron practicando sexting. Después de enviar mensajes y fotografías eróticas, él desapareció dejando a Carmen desconcertada y con mucha culpabilidad por haber confiado en alguien a quien realmente no conocía.
Lo mismo le pasó a Jorge, quien compartió mensajes, fotografías y vídeos con un chico al que conoció a través de redes sociales. Tras la conversación sexual, él nunca más dio señales de vida. “Me bloqueó y me quedé con una rayada brutal por si reenviaba mis fotos y videos”, confiesa el joven de 26 años.
Para Merce, de 28 años, la historia fue parecida: conversaciones durante semanas, una noche de sexting y un bloqueo repentino. Después llegaron las dudas y las inseguridades.
Acabamos de ver solo tres anécdotas que reflejan un comportamiento muy habitual: desaparecer después de mantener relaciones sexuales, incluso cuando éstas son virtuales. La gran pregunta es por qué ocurre esto.
Explicar el ghosting desde el punto de vista psicológico no es fácil, ya que entremezclan varios factores.
En primer lugar, el miedo al compromiso. El principal motivo por el que una persona hace ghosting es que no está preparada para una relación mínimamente seria, incluso cuando es poco probable que esta tenga lugar. En otras palabras, que te acuestes con alguien –o hagas sexting– y al día siguiente des señales de vida no significa que debas casarte con esa persona. Podéis mantener el contacto sin que la relación vaya a más. El problema es que algunas personas son incapaces de gestionar el miedo al compromiso y recurren a la salida “fácil”: desaparecer.
Por otro lado, la atracción no es recíproca. En nuestra cabeza nos montamos películas dignas de una temporada de Los Bridgerton, pero si una persona pasa de ti, desaparece o no te trata como te mereces, lo más probable es que o bien no le atraigas tanto como a ti te atrae ella, o bien no le gustes lo suficiente como para mantener el contacto. ¿Debería comunicártelo de una manera más madura? Por supuesto, pero al ser una conversación incómoda, muchas personas con poca madurez emocional prefieren evitarla.
Hemos normalizado el ghosting en las relaciones cara a cara. Quedas con alguien, os acostáis y no vuelves a saber nada de él o ella. Sin embargo, cuando esto ocurre a través de WhatsApp, puede ser incluso más difícil de gestionar.
Algunas recomendaciones para pasar página son: