"Hay evidencias científicas que nos podrían permitir pensar que quizá no sea necesaria para todos los grupos poblacionales ahora mismo". Con esta afirmación se ha referido el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitaria, Fernando Simón, a la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus. Un refuerzo que hasta ahora solo recibirán los mayores de 60 años, pero que los expertos estudiarán ampliarlo a otras franjas de edad, como los mayores de 50.
Después, en declaraciones a los periodistas, Simón ha querido dejar claro que la dosis de refuerzo es "desde luego muy recomendable" para los más vulnerables. "Es cierto que se pueden priorizar grupos en los que es más recomendable y otros en los que se puede retrasar mientras se cubren los grupos de interés", ha justificado al ser nuevamente preguntado por las terceras dosis en la población general.
Sobre la campaña de vacunación infantil, que arranca mañana para 3,2 millones de menores, de 5 a 11 años, ha querido recordar que aunque "no es necesario obligar a la vacunación, vamos a tener un número suficiente de niños vacunados como para controlar aún más la transmisión en nuestro país".
Ha querido recordar a los padres que "no deben tener miedo" de las vacunas infantiles. Si se ha propuesto vacunarles, ha añadido, "es porque ha habido estudios muy estrictos y un riesgo beneficio claro".
El director de Alertas y Emergencias Sanitarias de nuestros país ha manifestado sus palabras en la presentación del informe conjunto de Médicos del Mundo y Medicusmundi 'La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria 2021', en el que las ONG sanitarias alertan de que 240 millones de vacunas se tirarán a la basura si no se utilizan antes de que finalice el año, entre otros avisos sobre la importancia de contar con una fuerte cobertura sanitaria a nivel mundial.
Durante su intervención, Fernando Simón ha explicado que las vacunas contra la covid-19 de las que se dispone a nivel global "no son suficientes para los 7.800 millones de habitantes del mundo. Hagamos la distribución que hagamos, nunca va a ser igualitaria ni equitativa, siempre va a haber sesgos".
La solución no es "un blanco o negro, ni una decisión clara de tomar", sino que puede haber varias alternativas, desde la liberalización de patentes, acuerdos con los países en desarrollo para producir allí las vacunas o financiaciones a fondo perdido, pero ha preferido no decir "cual es buena" porque no piensa que "todas sean perfectas". Una decisión que no es "fácil", pero que hay que afrontar cuanto antes. La inequidad en el acceso a las vacunas es "clara" y hay que "buscar alguna solución" para limar esa diferencia, ha concluido.