Demasiadas vacunas para una minoría de la población y poca población con acceso a vacunas. O lo que es lo mismo, un remanente excesivo para algunos países que hará que millones de dosis terminen en la basura.
Los países desarrollados han acaparado tantas dosis de vacunas que pueden cubrir hasta el triple de su población. Demasiada previsión teniendo en cuenta que esto pone en jaque la cobertura sanitaria mundial y que no todas podrán ser utilizadas. En total, se ha contabilizado un sobrante de 1.200 millones de dosis, de las cuales 241 millones tendrán que desecharse si no se emplean antes de que acabe 2021.
Son datos de varias ONG sanitarias, que alertan de la importancia de contar con una cobertura sanitaria fuerte a nivel mundial. La vacunación ha cambiado la pandemia, pero la crisis sanitaria sigue causando estragos en otras patologías desatendidas y podría cebarse con los niños: la mortalidad infantil pudo haberse disparado un 42 % en los seis primeros meses de 2020, según el informe conjunto de Médicos del Mundo y Medicusmundi "La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria 2021" presentado este martes.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, también alerta sobre un aumento en las muertes infantiles diarias de más de 6.000, que se sumarían a las 14.245 esperadas de menores de 5 años.
Mientras, el informe de los avances de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), recuerda, cifra este incremento en 228.000 muertes adicionales como consecuencia de las interrupciones de los servicios de salud, ya que la mortalidad infantil directamente vinculada al SARS CoV-2 es muy baja.
"El mayor problema de salud que tenemos en el mundo no es una enfermedad, es la inequidad", ha afirmado el presidente de Médicosmundi, Carlos Mediano, en la presentación del informe. Y esa inequidad crónica se ha replicado estos dos años de pandemia, ahora más visible con el desigual reparto de vacunas entre los países con mayores ingresos y los que menos.
La Unión Europea ha reservado medicamentos suficientes para vacunar al menos dos veces a su población. Otros, como Canadá podrían hacerlo hasta tres veces. Un hecho que "además de dificultar una cobertura vacunal mundial adecuada y eficaz, ha provocado que los países ricos tengan en los últimos meses del año un sobrante de 1.200 millones de dosis, de las cuales 241 millones podrán llegar a desperdiciarse si no se donan rápidamente".
En España, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha explicado que las vacunas contra la covid-19 de las que se dispone a nivel global "no son suficientes para los 7.800 millones de habitantes del mundo. Hagamos la distribución que hagamos, nunca va a ser igualitaria ni equitativa, siempre va a haber sesgos".
La pandemia ha dejado, para Simón, una enseñanza, y es "la globalidad de los problemas sanitarios. La movilidad en el mundo es enorme y hace que la globalidad de las enfermedades, sobre todo de las infecciosas, haya quedado patente", por lo que "no podemos pensar que la salud es un problema del Ministerio de Sanidad, es un problema de todos los ministerios, un problema de estado".
Para el vicepresidente de Médicos del Mundo, José Félix Hoyo, "la covid ha venido a ser un punto añadido a las catástrofes humanitarias en el mundo, sobre todo por el déficit de inversión"; el responsable de la ONG ha lamentado además que "cada vez hay más necesidades y menos facilidades para trabajar en acción humanitaria en determinadas zonas del planeta".
España se coloca en el puesto 12 de 27 en cuanto a volumen de ayuda al desarrollo aportada, pero en el puesto 19 porcentualmente, de modo que, aunque mejora dos puestos, se mantiene aún en el vagón de cola.