Los riesgos del uso de cremas solares caducadas en verano para protegerse del sol
Las cremas solares sí tienen fecha de caducidad
Los protectores deben garantizar su efectividad tres años
Si la crema cambia de color o textura es mejor desecharla
Llega el buen tiempo y casi todos pensamos en playa o piscina. Fundamental antes de exponernos al sol es ir bien protegido con una buena protección solar. La cuestión es...¿puedo usar la crema que aún guardo del año pasado?
Las cremas solares deben garantizar su efectividad y protección, al menos, durante tres años, siempre que no se hayan usado. Es decir, que si guardas un bote de crema sin abrir del año pasado puedes usar lo este verano sin ninguna duda de garantías.
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Las autoridades sanitarias competentes obliga a los fabricantes de protectores solares que estos valgan durante un año. Algunos ponen fecha de caducidad en los envases.
Otra cuestión bien distinta es si tienes un envase de crema que se quedó a medias el año pasado. Los envases abiertos suelen durar seis o doce meses y los fabricantes lo indican en cada tubo.
Cómo se que la crema solar se ha echado a perder
Los expertos recomiendan para mantener tu protector solar en buenas condiciones evita exponerlo al calor excesivo o al sol directo. Por eso en la playa, siempre que se pueda debe estar a la sombra o envuelto en una toalla.
Si el protector solar muestra cambios obvios en el color o la consistencia es mejor desecharlo, según explican desde la Clínica Mayo.
El color de los protectores solares suele ser blanco. A veces, los hay transparentes. Si el color de la crema torna a amarillento debes dudar de su efectividad. Podrías quemarte.
La textura de la crema solar también puede cambiar si está en mal estado. Se puede poner más pastosa, demasiado líquida o incluso con grumos. Eso también indica que lo mejor es desecharla.
Una protección solar en mal estado además de no garantizar la correcta protección frente a los rayos solares, es decir, además de provocarnos quemaduras en la piel o problemas más graves como un cáncer de piel, puede ocasionar picor, sarpullido, alergias o rojeces.