Varias decenas de personas en los estados de Maine y New Hampshire (Estados Unidos) se han quejado de que la arena de la playa les deja las plantas de los pies de color negro.

En un artículo publicado por The New York Times, la diseñadora literaria Jenny Greenleaf relata el enigmático suceso. Había ido a la playa a pasar el día con su marido, la llegada del buen tiempo hacía que por fin se pudiera caminar descalzo junto al mar. Cuando regresaron a sus sillas después de un largo paseo se dieron cuenta del oscuro pigmento que habían adquirido las plantas de sus pies, normalmente de color blanco.

Cuando llegaron a casa, intentaron deshacerse de la mancha sin darle mayor importancia, pero sólo pudieron borrarla parcialmente. Al cabo de los días, se enteraron de que no eran los únicos a los que, de manera extraña, se les habían teñido los pies de negro. A lo largo de todo el estado de Maine, otras muchas personas compartían relatos similares, todos con la playa como denominador común.

Las autoridades estatales tienen constancia de alrededor de un centenar de casos en una franja de más de 112 km en la costa este de Estados Unidos. Ante lo sucedido, las redes sociales no tardaron en llenarse de especulaciones tratando de explicar el origen del curioso suceso.

El petróleo, las algas, o el componente mineral de la arena de la playa, eran las hipótesis más compartidas. Sin embargo, el misterioso color negro no procedía de ninguno de estos elementos. No fue hasta el pasado miércoles 9 de junio cuando Jim Britt, portavoz del Departamento de Agricultura, Conservación y Silvicultura de Maine, ofreció la respuesta más probable: Millones de diminutas moscas negras del alga que se alimentan de algas en descomposición parecían haber muerto en un tramo de playa.

Según esta teoría, los cuerpos de las moscas habrían liberado un pigmento oscuro capaz de impregnar la piel de las personas dejando ese extraño tono oscurecido que tanto ha dado de qué hablar. En cualquier caso, son varios los científicos que han asegurado que pisar estos insectos no entraña ningún tipo de riesgo para la salud. En una muestra analizada al microscopio, Linda Stathoplos, una oceanógrafa jubilada de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, comprobó que en un pequeño fragmento de la arena de la playa había miles y miles de diminutas moscas del tamaño de un alfiler.