La fatiga es un problema que se va volviendo más prevalente a medida que nuestra edad avanza. Es común experimentarla tras actividades físicas de distinta intensidad, pero cuando se vuelve muy intensa y frecuente, puede ser un signo claro de que algo no está bien en nuestra salud.
Así lo concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) publicado en el medio especializado 'Journal of Gerontology: Medical Sciences', en el que los autores relacionan la fatiga física percibida en personas mayores con una mayor posibilidad de muerte próxima.
El enfoque del trabajo se basó en un cuestionario realizado a 2.906 participantes de 60 o más años de edad, en el que tenían que puntuar cómo de fatigados creían que se sentirían al realizar determinadas actividades, tales como un paseo de 30 minutos, tareas de casa poco exigentes o jardinería.
A continuación, se realizó un seguimiento de los participantes durante 2,7 años (el seguimiento se interrumpió al final de 2019, para evitar distorsiones en los resultados a causa de la pandemia de covid-19). Además, se tuvieron en cuenta ciertas variables que tienen una influencia directa en la mortalidad, tales como la depresión.
Lo que los investigadores encontraron es que aquellos que habían puntuado 25 puntos o más en la escala empleada para medir la fatigabilidad, llamada Escala Pittsburgh, tenían 2,3 veces más probabilidad de morir en ese periodo de tiempo en comparación con aquellos que habían sacado 25 puntos o menos.
Para los firmantes del artículo, estos resultados demuestran la validez de la Escala Pittsburgh como instrumento de medida de la fatigabilidad y además subrayan la importancia de que las personas mayores adquieran ciertos hábitos que reduzcan su fatigabilidad, consistentes principalmente en incrementar la actividad física que se realiza regularmente.