La fascitis plantar es una de las causas más comunes de dolor de talón. Implica la inflamación de una banda gruesa de tejido que atraviesa la planta del pie y conecta el hueso del talón con los dedos de los pies, la llamada fascia plantar.
La fascitis plantar comúnmente causa dolor punzante que suele aparecer con los primeros pasos en la mañana. A medida que te levantas y te mueves, el dolor normalmente disminuye, pero puede retornar después de largos períodos de estar de pie o cuando te pones de pie después de estar sentado.
Se trata de un problema bastante habitual en personas con obesidad o sobrepeso, y es frecuente que aparezca también en pacientes jóvenes que practican deporte. De hecho, se trata de la lesión más común entre los deportistas, especialmente entre corredores de fondo.
Mientras, en la población no deportista suele darse a partir de los 45 años, siendo algo más común entre las mujeres. En este sentido, a la hora de hablar de fascitis plantar en la población femenina, es importante resaltar la relación directa que existe ente la fascitis plantar y el acortamiento de la musculatura posterior de la pierna, una situación que suele producirse por el uso continuado de zapatos de tacón.
La fascitis plantar generalmente causa un dolor lacerante en la planta del pie cerca del talón. Por lo general, el dolor es más intenso al dar los primeros pasos después de despertarse, aunque también puede ser desencadenado por estar de pie durante mucho tiempo o al levantarse después de estar sentado. El dolor suele empeorar después del ejercicio, no durante este.
La fascia plantar tiene la forma de un arco, que sostiene el arco del pie y absorbe el choque al caminar. Si la tensión y el estrés aplicado en este arco se vuelven demasiado grandes, pueden ocurrir pequeños desgarros en la fascia. Los estiramientos y desgarros repetitivos pueden irritar o inflamar la fascia, aunque la causa sigue siendo incierta en muchos casos de fascitis plantar. Los factores de riesgo más comunes son los siguientes:
Edad. La fascitis plantar es más común entre los 40 y 60 años de edad.
Ciertos tipos de ejercicio. Las actividades que ejercen mucha presión sobre el talón y los tejidos adheridos, como las carreras de larga distancia, el ballet y la danza aeróbica, pueden contribuir a la aparición de la fascitis plantar.
Mecánica del pie. Los pies planos, un arco alto o incluso un patrón anormal de caminar pueden afectar la forma en que se distribuye el peso cuando estás de pie y pueden poner más tensión en la fascia plantar.
Obesidad. El exceso de peso ejerce una presión adicional sobre la fascia plantar.
Ocupaciones que te mantienen de pie. Los trabajadores de fábrica, los maestros y otras personas que pasan la mayor parte de sus horas de trabajo caminando o de pie sobre superficies duras pueden dañar la fascia plantar.
Ignorar la fascitis plantar puede provocar dolor crónico en el talón que dificulta sus actividades regulares. Cambiar la manera de caminar como una forma de aliviar el dolor de la fascitis plantar puede provocar problemas en los pies, las rodillas, la cadera o la espalda.
El tratamiento habitual de la fascitis plantar puede llevarse a cabo a través de tres pasos.
Solo un porcentaje bajo de los afectados, en torno a un 10% de los casos, no presenta una mejoría tras estas medidas de tratamiento, por lo que deberán ser tratados mediante cirugía podológica.