Estamos algo pálidos. Muchos llevamos más de 2 meses sin tomar el sol al aire libre y ahora qué volvemos a salir debemos tener cuidado con la radiación solar. Tenemos muchas ganas de disfrutar del sol después del confinamiento pero hay que hacerlo sin correr riesgos.
Todas estas semanas a la sombra tienen consecuencias, también para nuestra piel. No nos hemos fotoadaptado, es decir, hemos pasado demasiado tiempo en casa y ahora, de golpe, llegará exposición solar. Desde la Academia Española de Dermatología, nos avisan de que “la quemadura solar es un factor de riesgo importantísimo para el desarrollo de cáncer de piel”.
Por eso la protección es más recomendable que nunca. La crema de la farmacia y la ropa, las de toda la vida, porque las mascarillas obligatorias para protegerse del COVID-19 no filtran la luz del sol, al menos las quirúrgicas, las más utilizadas.
El confinamiento ha hecho que bajen los niveles de vitamina D que se recupera tomando el sol. Precisamente, la falta de esa vitamina en el organismo podría estar asociada a un mayor riesgo de morir a causa del COVID-19, según concluye un estudio preliminar de científicos de la Queen Elizabeth Hospital Foundation Trust y la Universidad de East Anglia (Reino Unido).
La investigación comparó los datos preexistentes de los niveles promedio de vitamina D en 20 países europeos con las tasas de infección y mortalidad por coronavirus. La cantidad promedio de vitamina D en las muestras de suero fue de 56.79 nmol/L, mientras que cualquier valor por debajo de los 30 nmol/L se consideró "severamente deficiente".
Entretanto, estudios anteriores mostraron en personas mayores una media de vitamina D sérica de 26 nmol/L en España, de 28 nmol/L en Italia y de 45 nmol/L en los países nórdicos. En Suiza, los niveles medios de vitamina D son de 23 nmol/L en hogares de ancianos, mientras que en Italia se ha descubierto que el 76 % de las mujeres mayores de 70 años tienen niveles por debajo de 30nmol/L. "Estos son países con un alto número de casos de COVID-19, y las personas de edad avanzada son el grupo con mayor riesgo de morbilidad y mortalidad por SARS-Cov2", comentan los investigadores.
Los autores del estudio concluyen que existen "relaciones significativas" entre los niveles de vitamina D y el número de casos de covid-19 y, en especial, la mortalidad causada por esta infección. Además, el grupo de población más vulnerable también es el que tiene el mayor déficit de vitamina D. Aunque el estudio, publicado en Research Square, aún no ha sido revisado por expertos ni analizado por otros científicos, los investigadores creen que pueden recomendar "suplementos de vitamina D para protegernos contra la infección por SARS-CoV2".
En ese sentido, la doctora australiana Rachel Neale, especializada en cáncer de piel, afirmó recientemente que tomar el sol al menos 10 minutos al día podría reducir de manera significativa el riesgo de contraer COVID-19 porque la vitamina D que se genera es muy importante para nuestro sistema inmune.
"Ahora más que nunca no es el momento de tener deficiencia de vitamina D", porque esta carencia incrementa el riesgo de sufrir esa enfermedad podría provocar que se padecieran "peores síntomas", señaló esta sanitaria.