Los datos demuestran que estamos ante una tercera ola poco menos que imparable, aunque algunos expertos como Margarita del Val, hablan de una cuarta. Muchos colegios de médicos, expertos y algunas autonomías, como Castilla-León y Andalucía, piden un confinamiento domiciliario como el de los meses de marzo y abril.
La Comunidad de Madrid con una incidencia de 600 casos sobre 100.000 habitantes no quiere. El Gobierno lo descarta. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha defendido la necesidad de guiar la gestión de las medidas contra la pandemia del coronavirus sin "reacciones impulsivas", tras señalar el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, que el Gobierno "debería ir pensando si hay que ir tomando" una medida como la del confinamiento total "para el conjunto de España".
"No podemos estar planteando confinamientos o acabar con los confinamientos con reacciones impulsivas, tenemos que impulsar y arbitrar medidas que permitan conciliar todas las necesidades del país", ha asegurado al ser preguntado al respecto en la rueda de prensa que ha ofrecido en Moncloa para dar cuenta de la gestión frente al temporal 'Filomena'.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, por su parte, considera que ya sabemos cómo doblegar una curva aunque pronostica un enero duro, y confía en que medidas similares a las que frenaron la segunda ola sean ahora también efectivas. Alemania, Italia, Portugal o el Reino Unido son solo algunos de los países que han decidido endurecer las restricciones para contener, de nuevo, al virus. Pero el Gobierno de España no quiere oír hablar, al menos de momento, de confinar a la gente en sus casas. Los expertos consultados por Informativos Telecinco consideran en su gran mayoría que esta es la única solución, aunque sea solo durante 15 o 20 días. Son conscientes, eso sí, de impacto económico.
Hay que recordar que lo que tenemos ahora viene provocado por la idea de salvar la Navidad y la economía. Ahora Cataluña califica de locura la movilidad desde los puentes de diciembre y se plantea incluso retrasar las elecciones previstas para el 14F, pero ya es tarde.
El pacto entre las CCAA para relajar las medidas de cara a la Navidad fue muy criticado por los expertos, que pronosticaron un enero de terror si no se procedía a un confinamiento duro de al menos tres semanas. Nadie les hizo caso. Ahora, las CCAA aumentan las restricciones ante el pico de contagios y el temor a que las UCI colapsen. Juan Gestal, epidemoólogo considera que la situación es crítica y el servicio sanitario se puede colapsar. "Tenemos que quedarnos todos en casa, nos autoconfinemos".
El director del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, José Miguel Cisneros Herreros, ha calificado la situación epidemiológica en Andalucía de "preocupante" al coincidir esta tercera ola con una época "con complicaciones fruto del frío" y de las condiciones climáticas. Preguntado por el confinamiento, lo ha calificado como "una solución extrema por sus consecuencias psicológicas y económicas", pero ha admitido que es "necesaria cuando las medidas de contención no consiguen limitar" el virus de Covid-19. Ha urgido a la población a cumplir las medidas de seguridad y, con ello, "evitar y detener este crecimiento exponencial y la situación extrema que es el confinamiento".
José Luis Jiménez del Colegio de Médicos de Ourense también se muestra partidario de un confinamiento para intentar frenar una tercera ola que ya se ha ido de las manos. "Ya lo preveíamos desde primeros de diciembre. Como sanitario somos partidarios de confinar al menos unos quince o veinte días como en abril o marzo para frenar los contagios. Es la forma de tener menos incidencia hospitalaria. Ahora, son los responsables políticos los que tienen que ver el impacto económico. Aún nos falta el impacto de fin de año y redes. Los ingresos y hospitalizaciones los peores momentos serán la primera semana de febrero porque siempre hay una correlación de 15 días. A más contagios, más presión en los hospitales y más muertes. En las residencias geriátricas si hay más contagios hay brotes, y más muertes".
La Junta Directiva del Colegio de Médicos de la Región de Murcia, dirigida por Francisco Miralles, ha pedido ya que el Gobierno regional que active -o inste, en su caso, a las autoridades competentes- los procedimientos necesarios para la implantación de un confinamiento domiciliario en la Comunidad, "con una duración de al menos dos semanas y prorrogable en función de la evolución de la pandemia".
Los expertos consideras urgente la puesta en marcha de esta medida tras las cifras de coronavirus registradas en la Región durante estos últimos días, tanto de contagios diarios como de ingresos hospitalarios y en Unidades de Cuidados Intensivos y número de fallecidos.
"Aunque el Colegio entiende que el confinamiento domiciliario conlleva una privación de derechos no deseada por ningún ciudadano o institución, la grave realidad epidemiológica en la Región y la situación límite de la Sanidad regional para hacer frente a esta ola de la pandemia requieren de la toma de decisiones efectivas que frenen la propagación del virus", señalan.
Miralles apuesta por el confinamiento porque hay mucha gente que hace las cosas bien y se confina pero la hay que no. Deberíamos estar más coordinados. Lo normal es que estemos en una meseta. No me preocupa tanto la curva como la situación del sistema sanitario y ocupación de UCI. En especial la atención primaria que están desbordados, 10 meses sin descansar, sin sustitutos. La incidencia está aumentando y a ellos también les afecta. El colapso del sistema se puede dar en los próximos días.
Rafael Bengoa, ex director de Sistemas de la Salud de la OMS y también exconsejero de Sanidad del País Vasco, ahora Co-director de SI-HEAT Bilbao ya lo dijo antes de las Navidades. "Si en los días del puente de diciembre se revertió la tendencia, ¿qué puede ocurrir con todas las fiestas navideñas por delante, mientras la incidencia no deja de subir y aumentan los contactos sociales?" Pues lo que nos hemos encontrado: que las cifras se disparan. Los datos no mienten es evidente que tenemos que tomar decisiones más fuertes, cuando todo va a peor. Las Navidades han sido un evento supercontagiador, como hay personas supercontagiadoras. Ahora vemos el impacto y hay que actuar y no hacer terapia de grupo sobre lo mal que se ha hecho todo. Eso es un confinamiento domiciliario corto de tres o cuatro semanas. Y es donde estaremos en unas semanas. Los números van a seguir subiendo los infectados de hoy son los ingresados mañana y estos son las UCI de pasado mañana. Vamos a ver una situación al final del mes de enero, peor que la de marzo, aunque ahora tenemos mejor control clínico. Vamos a poder controlar la mortalidad que no será tan alta, pero los indicadores serán tan malos como en marzo.
"Nosotros demos recordar que ese confinamiento sería más corto para bajar la incidencia a menos de 100 y facilitara un proceso de vacunación más tranquilo, porque vacunar y batallar con la tercera ola es duro. Ahora todos debemos lanzar una solución, como vemos en Holanda, Australia y Nueva Zelanda donde cuando hay repunte de casos confinan", señala el experto.
"Ya sabíamos que la Navidad iba a ser muy contagiadora. No se pueden permitir esos eventos en sitios cerrados con gente gritando. Hay que preparar el Estado de alarma para que las CCAA puedan confinar, aunque lo ideal es que sea general. Salvar las Navidades debería haberse evitado. Ahora también hay que vacunar, el proceso de vacunación está bien la descentralización otra cosa es el control de la pandemia", concluye.
Juan José Badiola, director del Centro de Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza ya anunció que la Navidad "iba a ser una piedra de toque, el elemento decisivo que va a definir qué va a pasar en los meses de enero, febrero y marzo". Y ha tenido razón. La relajación de las medidas nos pasan factura. "Lo que ocurre ahora es el desarrollo de la tercera ola y refleja el impacto de las fiestas de Navidad, Nochevieja, Reyes, las compras. La situación es compleja, la incidencia está muy alta por encima de 450 y en algunas CCAA por encima de 1.000. Esto es preocupante".
Badiola cree que el Ministerio de Sanidad confía que con las medidas de la segunda ola pueden frenar esta tercera. "Yo lo veo razonable. Creo que las medidas van a dar resultado, la gente está muy cansada en estos momentos y también se trata de impedir un impacto emocional y esto creo que Sanidad lo tienen en cuenta. Ahora bien, se puede saturar el sistema sanitario, eso casi ocurrió en la segunda, pero no pasó. Las UCI son limitadas, hay que las que hay y eso es complejo. Yo creo que hay que seguir con el programa de vacunación a velocidad de crucero para que nos resuelva el problema, pero eso llegará en verano. La gente debe comportarse como si no hubiera vacuna. Debe respetar todas las recomendaciones que ya sabemos. Yo creo que es mejor esperar. Si es así, el número de casos se incrementará en enero. Las medidas deben ser progresivas. Y hasta ahora son duras y creo que van a dar resultados".
Badiola también confía en que la variante británica nos impacte en exceso, aunque en Gran Bretaña se ha apoderado de todo y reconoce que la falta de antivirales es un gran problema. Considera que, de cara al futuro, tenemos que crear un sistema más flexible en cuanto a las UCI. El debate sobre el confinamiento, pues, está ya en la calle.