El término pandemia está totalmente normalizado para referirse al brote de coronavirus que ha afectado a todo el mundo durante este 2020, tanto en medios de comunicación como a pie de calle. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la covid-19 como pandemia el pasado 11 de marzo. Sin embargo, un grupo de expertos cree que esa palabra no se ajusta mucho a la realidad, y que más bien habría que referirse a una 'sindemia'.
Se habla de 'sindemia' (palabra que une los conceptos de sinergia y pandemia), cuando "dos o más enfermedades interactúan de forma tal que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades". Richard Horton, editor jefe de la prestigiosa revista médica 'The Lancet', publicó hace unos días un artículo en el que explica por qué se debe usar este concepto, cuñado en los 90 por el médico estadounidense Merrill Singer.
Según Horton, el coronavirus es una 'sindemia' porque el SARS-CoV-2 interactúa con enfermedades no transmisibles (diabetes, cáncer, problemas cardiacos, etc.) y además lo hace en un contexto social y ambiental caracterizado por la inequidad o desigualdad social.
El propio Merrill Singer, en declaraciones a la BBC, explica que en el caso de la covid-19, "vemos un índice desproporcionado de resultados adversos en comunidades empobrecidas, de bajos ingresos y minorías étnicas". Tiff-Annie Kenny, investigadora de la Universidad Laval, en Canadá, añade que enfermedades como la diabetes o la obesidad, factores de riesgo para el coronavirus, son más comunes en personas de bajos recursos.
Además, Kenny explica que el caso de la covid-19 no es comparable al de otros virus: "Hay evidencia creciente de que la gripe y el resfriado común son contrasindémicos. Es decir: la situación no empeora. Si una persona está infectada con los dos virus, una de las enfermedades no se desarrolla".
Estos expertos creen que si empezamos a considerar al coronavirus como una 'sindemia', debemos cambiar la estrategia: para frenar el avance y el impacto del coronavirus es fundamental fijarse en las condiciones sociales que hacen que algunos grupos sean más vulnerables que otros. "Tenemos que abordar los factores estructurales que hacen que a los pobres les resulte más difícil acceder a la salud o a una dieta adecuada", dice Merrill Singer.
Incluso Richard Horton da un paso más: "No importa cuán efectivo sea un tratamiento o cuán protectora sea una vacuna, la búsqueda de una solución para la covid-19 puramente biomédica fracasará". "A menos que los gobiernos diseñen políticas y programas para revertir disparidades profundas, nuestras sociedades nunca estarán verdaderamente seguras frente a la Covid-19", concluye Horton.