La secuenciación del genoma completo de los brotes de SARS-CoV-2 en 16 granjas de visones de granjas de visonePaíses Bajos ha revelado la transmisión del virus entre humanos y visones, así como de visón a humano. El virus se introdujo inicialmente desde los humanos, según explican los autores del estudio, y desde entonces ha evolucionado. "Es importante investigar más en los visones y otras especies de mustélidos para entender si estas especies están en riesgo de convertirse en un reservorio del coronavirus", señalan en su trabajo, publicado en la revista 'Science'. En España también hay un alto porcentajes de visones contagiados.
Aunque se ha demostrado que varios animales son susceptibles al SARS-CoV-2, el origen zoonótico es todavía desconocido. En los Países Bajos, el virus se diagnosticó por primera vez en dos granjas de visones a finales de abril de 2020. Estos investigadores realizaron una investigación a fondo entre las primeras 16 granjas de visones infectadas en el país. Su análisis combinó diagnósticos del SARS-CoV-2, la secuenciación del genoma completo y entrevistas en profundidad con los trabajadores de las granjas.
A finales de junio, 66 de 97 (68%) de los residentes, empleados o contactos de las granjas de visones examinados tenían pruebas de infección por el SARS-CoV-2. El análisis de los genomas del virus del visón en estas granjas reveló una diversidad de secuencias. Estos grandes grupos de infección fueron iniciados por casos de COVID-19 en humanos con virus que llevan la mutación D614G, insisten los autores.
La mutación, llamada D614G, proporciona una mayor flexibilidad a la "columna vertebral" de la espiga, explica el coautor Michael Farzan, PhD, copresidente del Departamento de Inmunología y Microbiología de Scripps Research. Los picos más flexibles permiten que las partículas virales recién hechas naveguen el viaje de la célula productora a la célula objetivo completamente intacta, con menos tendencia a desmoronarse prematuramente.
La secuenciación también reveló que algunas personas estaban infectadas con cepas del virus con una firma de secuencia animal, lo que proporciona evidencia de la transmisión de animal a humano. Los análisis posteriores indicaron que no se produjo ningún derrame en las personas que vivían cerca de las granjas de visones. "Es imperativo que el sector de la producción y el comercio de pieles no se convierta en un reservorio para futuros derrames del SARS-CoV-2 a los seres humanos", concluyen.